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"El Punto Que Se Convirtió En Una ManchitaQue Se Convirtió En Un Borrón Que Se Convirtió EnUna Figura Que Se Convirtió En Un Niño"

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"El Punto Que Se Convirtió En Una Manchita
Que Se Convirtió En Un Borrón Que Se Convirtió En
Una Figura Que Se Convirtió En Un Niño"

El paseo a lo largo de la alambrada duró mucho más de lo que pensó.

De hecho, aunque la valla continuaba hasta donde alcanzaba la vista, las cabañas, los edificios y las columnas de humo estaban desapareciendo en la distancia, a su espalda, y el alambre lo separaba de una
extensión de terreno vacío.

Cuando llevaba casi una hora andando y empezó a tener hambre, pensó que quizá ya había explorado suficiente por aquel día y que debería volver.

Sin embargo, en ese preciso instante apareció a lo lejos un puntito, y HeeSeung entrecerró los ojos para distinguir qué era. Recordó un libro que había leído, en el que un hombre se perdía en el desierto y, como llevaba varios días sin comer ni beber nada, imaginaba que veía fabulosos restaurantes y enormes fuentes, pero cuando intentaba comer o beber en ellos éstos desaparecían y sólo encontraba puñados de arena.

Se preguntó si sería aquello lo que le estaba pasando a él. Pero mientras lo pensaba, sus piernas, que no paraban de moverse, lo iban acercando más y más a aquel punto, que entretanto se había convertido en una manchita y empezaba a dar muestras de convertirse en un borrón. Y poco después el borrón se convirtió en una figura. Y entonces, a medida que HeeSeung se acercaba más, vio que aquella cosa no era ni un punto ni una manchita ni un borrón ni una figura, sino una persona.

Y que aquella persona era un muchacho. Pensó que, quizá, podría ser el mismo muchacho que había visto desde su ventana.

HeeSeung había leído suficientes libros de aventuras para saber que uno nunca podía estar seguro de qué iba a encontrar. La mayoría de las veces los exploradores tropezaban con algo interesante que sencillamente estaba allí, sin molestar a nadie, esperando a que lo descubrieran (por ejemplo, América). Otras veces descubrían algo que seguramente era mejor dejar en paz (como un ratón muerto en el fondo de un armario).

El muchacho pertenecía a la primera categoría. Estaba allí sentado, sin molestar a nadie, esperando a que lo descubrieran.

Y HeeSeung confirmó que sí era el mismo chico que había visto veces pasadas.

HeeSeung aminoró el paso cuando vio al chico que antes era una figura que antes era un borrón que antes era una manchita que antes era un punto. Aunque los separaba una alambrada, él sabía que debía tener mucho cuidado con los desconocidos y que siempre era mejor abordarlos con cautela. Así que siguió andando; poco después se encontraban uno frente al otro.

— Hola — dijo HeeSeung.

— Hola — contestó el muchacho.

Era más bajo que HeeSeung y estaba sentado en el suelo con expresión de tristeza y desamparo. Llevaba el mismo pijama de rayas que vestían todos al otro lado de la alambrada, así como la gorra de tela (que cubría sus negros cabellos). No calzaba zapatos ni calcetines y tenía los pies muy sucios. En el brazo llevaba un brazalete con una estrella.

𝐓𝐡𝐞 𝐁𝐨𝐲 𝐈𝐧 𝐓𝐡𝐞 𝐒𝐭𝐫𝐢𝐩𝐞𝐝 𝐏𝐚𝐣𝐚𝐦𝐚𝐬 ☁︎ 𝐇𝐞𝐞𝐉𝐚𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora