2O

8 1 0
                                    

"Lo Que Pasó El Día Siguiente"

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Lo Que Pasó El Día Siguiente"

El día siguiente, viernes, también fue lluvioso. Cuando despertó por la mañana, HeeSeung se asomó a la ventana y se llevó una decepción al ver que llovía a cántaros.

De no ser porque aquélla iba a ser la última oportunidad para él y Jay de pasar un rato juntos (por no mencionar que la aventura prometía ser muy emocionante, sobre todo porque incluía un disfraz), lo habría dejado para otro día y habría esperado hasta la semana siguiente, cuando no tenía planeado nada especial.

Sin embargo, las agujas del reloj seguían avanzando y él no podía remediarlo.

Además, todavía era temprano y podían pasar muchas cosas desde aquel momento hasta última hora de la tarde, que era cuando solían encontrarse los dos amigos.

Seguramente para entonces habría parado de llover.
Durante las clases de la mañana con Herr Lee, HeeSeung miró una y otra vez por la ventana, pero no parecía que fuera a remitir, pues la lluvia golpeaba ruidosamente los cristales. A la hora de comer, miró por la ventana de la cocina y comprobó que estaba
amainando y que el sol incluso asomaba tímidamente por detrás de un nubarrón.

Durante las clases de Geografía e Historia de la tarde siguió mirando, pero la lluvia volvió a arreciar aún más y amenazó con romper los cristales de la ventana.

Por fortuna, paró de llover cuando Herr Lee estaba a punto de marcharse, así que HeeSeung se puso unas botas y su pesado abrigo, esperó a que no hubiera nadie a la vista y salió de la casa.

Sus botas chapoteaban por el barro y HeeSeung disfrutó más que nunca con el trayecto. A cada paso que daba se arriesgaba a tropezar y caerse, pero eso no llegó a suceder y consiguió mantener el equilibrio, incluso en un tramo del camino particularmente difícil, cuando levantó la pierna izquierda, la bota quedó enganchada en el barro y el pie se le salió.

HeeSeung miró el cielo, y aunque todavía estaba muy oscuro, pensó que, como había llovido mucho todo el día, seguramente estaría a salvo aquella tarde.

Después, cuando llegara a casa, no iba a ser fácil justificar por qué iba tan sucio; pero aquello podría atribuirse a que era el típico muchacho, como siempre afirmaba Madre; no creía que tuviera muchos problemas.

Madre llevaba varios días más contenta de lo habitual, mientras iban cerrando las cajas con todas sus pertenencias y las cargaban en un camión para enviarlas a Berlín.

Cuando HeeSeung llegó al tramo de la alambrada donde solían encontrarse, Jay estaba esperándolo, y por primera vez no estaba sentado con las piernas cruzadas y los ojos fijos en el suelo, sino de pie y apoyado contra la alambrada.

— Hola, Seung — dijo cuando vio acercarse a su amigo.

— Hola, Jay. —

— No estaba seguro de que volviésemos a vernos. Por la lluvia y eso — dijo Jay —. Pensé que quizá te quedarías en tu casa. —

𝐓𝐡𝐞 𝐁𝐨𝐲 𝐈𝐧 𝐓𝐡𝐞 𝐒𝐭𝐫𝐢𝐩𝐞𝐝 𝐏𝐚𝐣𝐚𝐦𝐚𝐬 ☁︎ 𝐇𝐞𝐞𝐉𝐚𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora