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"Jay Busca Una Respuesta A LaPregunta De HeeSeung"

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"Jay Busca Una Respuesta A La
Pregunta De HeeSeung"

— Lo único que sé es esto — empezó Jay —. Antes de que viniéramos aquí, yo vivía con mi madre, mi padre y mi hermano Jake en un pequeño piso encima del
taller donde mi padre fabrica sus relojes. Todas las mañanas desayunábamos juntos a las siete en punto, y mientras nosotros estábamos en la escuela, mi padre arreglaba los relojes que le llevaba la gente y también fabricaba relojes nuevos. Yo tenía un reloj muy bonito que me había regalado mi padre, pero ya no lo tengo. Tenía la esfera dorada y todas las noches le daba cuerda antes de acostarme, y nunca se atrasaba ni se
adelantaba. —

— ¿Qué pasó con el reloj? — Preguntó HeeSeung.

— Me lo quitaron. —

— ¿Quién? —

— Pues los soldados, ¿Quién va a ser? — Dijo Jay como si aquello fuera lo más obvio del mundo—. Y un día las cosas empezaron a cambiar — continuó —. Llegué a
casa y mi madre nos estaba haciendo brazaletes con una tela que le habían dado y dibujando una estrella en cada uno. —

Jay hizo un dibujo con el dedo en el suelo, era un estrella de seis puntas.

— Y cada vez que salíamos de casa, nos decía que teníamos que ponernos uno de esos brazaletes — añadió.

— Mi padre también lleva un brazalete — comentó HeeSeung —. En el uniforme. Es muy bonito. Es rojo, con un dibujo en blanco y negro. —

HeeSeung dibujó con el dedo en el suelo, en su lado de la alambrada.

— Sí, pero son diferentes, ¿No? — Observó Jay.

— A mí nunca me han dado ningún brazalete —dijo HeeSeung.

— Pues a mí me lo dieron sin que yo lo pidiera. —

— Ya. A mí me gustaría llevar uno. Aunque no sé cuál preferiría, si el tuyo o el de Padre. — Dijo, aunque muy en su interior sabía que prefería el de la estrella.

Jay sacudió la cabeza y siguió contando su historia. Ya no pensaba a menudoen aquellas cosas porque cuando recordaba su antigua vida encima de la relojería se
ponía muy triste.

— Llevamos los brazaletes durante unos meses — dijo—. Y luego las cosas volvieron a cambiar. Un día llegué a casa y mi madre dijo que no podíamos seguir
viviendo en nuestra casa… —

— ¡A mí me pasó lo mismo! — Exclamó HeeSeung, alegrándose de saber que no era el único niño al que habían obligado a mudarse de casa—. Un día el Furias vino a cenar, y luego vinimos a vivir aquí. Y yo odio esto — añadió con enojo — ¿También fue a cenar a tu casa y tuvieron que marcharse? —

— No, pero cuando nos dijeron que ya no podíamos vivir en nuestra casa tuvimos que irnos a otro barrio de Cracovia, donde los soldados levantaron un gran muro y mi madre, mi padre, mi hermano y yo teníamos que vivir en una habitación. —

𝐓𝐡𝐞 𝐁𝐨𝐲 𝐈𝐧 𝐓𝐡𝐞 𝐒𝐭𝐫𝐢𝐩𝐞𝐝 𝐏𝐚𝐣𝐚𝐦𝐚𝐬 ☁︎ 𝐇𝐞𝐞𝐉𝐚𝐲Donde viven las historias. Descúbrelo ahora