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—Te amo Jimin. —susurro un pálido.

—También te amo Yoongi. —le sonrió.

[...]

El rubio abrió sus ojos ante lo que había soñado, no entendía nada de ese ¿Por qué le dolía ese sueño? ¿Por qué lo había sentido tan real? Él se levantó y se dirigió al baño para lavarse el rostro y pensar en lo que había soñado, sentía una extraña opresión en su pecho, como si hubiera sido traicionado por la persona que más amaba en el mundo.

Él se sentó en el lavabo mientras cerraba sus ojos y los recuerdos llegaron a su mente unos borrosos en los cuales aquel chico idéntico a Yoongi era arrojado lejos de una habitación y escuchaba la voz de Yoongi decir algunas cosas sin sentido alguno. Yoongi por su parte miraba un cuadro que había pintado él mismo dónde salía el omega con el cabello rosa y una tiara de flores, era tal y como fue el día en el que se casaron.

—Deberías actuar rápido, ya que Namjoon no se quedará con los brazos cruzados. —habló una mujer.

—Hasta que al fin apareces Atenea. —se giró y la vio.

—Puedes decirme Sunmi dejé de llamarme Atenea hace mucho tiempo. —se acercó y vio la pintura. —el omega corre peligro Yoongi.

—Lo sé. —acarició la pintura. —es por ello que contactaré a las moiras.

—Ellas no son fáciles de contactar Yoongi. —le dijo. —debes de saber que aparecen cuando es necesario y a la persona indicada.

—Si mi hermano las encontró y pido respuestas a la fuerza eso haré yo. —la vio.

La diosa no dijo nada y solo prefirió vagar por todo el gran departamento del pálido acariciando cada cosa que veía, Yoongi la vio por un momento y ella también lo hizo.

—Quiero que sepas que tienes mi total apoyo en lo que decías. —lo vio.

—¿Cómo puedo saber que eres de confianza? —le pregunto.

—Si estuve oculta fue porque estuve recolectando información valiosa. —respondió. —además de jugar algunas cartas a nuestro favor, no olvides que no por nada soy diosa de la sabiduría, la estrategia y la justicia.

—¿Qué información has reunido? —pregunto. —mejor dicho ¿Qué has hecho todo este tiempo aparte de reunir información?

—Les di a los mortales la suficiente sabiduría para que ya no dependieran de los dioses. —hablo. —yo me encargué de que ya nadie nos recordara y solo hacen que quedáramos como historias.

—Así que fuiste tú. —la vio.

—La era de los dioses ya se acabó y no pienso que vuelva a surgir. —dijo. —y si debo matar a Namjoon no me tentaré en hacerlo.

—Dime algo. —se acercó a paso lento. —¿Tú sabes cómo mi hijo terminó en las garras de Namjoon?

—Cuando la guerra entre los dioses sucedió, Namjoon hirió gravemente a Hyuna. —contó. —Hoseok junto con Taemin tuvieron que llevársela dejando atrás a Woozy. —miro la pintura. —yo me lo iba a llevar, pero Namjoon fue más rápido y se lo llevó, le contó que tú eras su padre y que lo odiabas por ser el hijo del omega que te utilizó por poder.

Sol de media noche [Y.M][✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora