| Harry Potter | El Legado del Inefable

Capítulo 29- La danza de destinos entrelazados

—Nada es imposible, solamente no se ha logrado aún...

Es importante mencionar que todos los derechos de autor de Harry Potter pertenecen a su autora, J.K. Rowling. Este fanfic es simplemente una adaptación de su historia y no pretende ser otra cosa.

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El gélido aire se deslizaba entre los dos seres, quienes se enfrentaban con miradas cautivas. Uno tenía unos ojos verdes, brillantes como esmeraldas preciosas, que contrastaban con la oscuridad en los del otro. Sus alturas eran similares, y sus peinados, casi idénticos. Ambos llevaban el cabello negro azabache, lanzado hacia atrás; uno llegaba hasta el cuello, mientras que el otro apenas alcanzaba la altura de su oreja.

Sus vestimentas también eran similares, túnicas de Slytherin que los distinguían como alumnos de Hogwarts. La emblemática serpiente plateada se enroscaba con orgullo en sus túnicas, recordándoles su pertenencia a la noble casa.

Tom Sorvolo Riddle...

La piel del misterioso individuo era tan pálida que casi rivalizaba con la del mismísimo Harry. Sus ojos negros y penetrantes parecían examinar a cada persona con una intensidad gélida, como si pudieran leer los pensamientos más profundos. El cabello negro estaba perfectamente peinado, agregando un toque de elegancia a su apariencia, lo que confería un aire misterioso y encantador a su presencia.

—¿Me reconoces? —el joven chasqueó la lengua—. Es... inesperadamente esperado, pero tienes tu manera de obtener información, como yo, supongo.

Harry no apartó sus ojos analíticos del joven que tenía frente a él. Con una mirada que parecía leer cada gesto y pensamiento del misterioso individuo, observó atentamente cada uno de sus movimientos. Sin embargo, mientras sus ojos seguían fijos en el rostro del otro, Harry desvió discretamente su atención hacia la muñeca del joven.

Con pequeños y lentos movimientos de sus músculos, Harry comenzó a deslizar su mano hacia la varita que llevaba en su bolsillo, sin que el otro se diera cuenta. 

—¿Sabes quién soy? —preguntó el joven.

—Tom. Tom Sorvolo Riddle, o en su defecto... Voldemort.

—Tom —estuvo de acuerdo. Su sonrisa miraba con jovialidad a Harry—. Tom Sorvolo Riddle... el heredero de Salazar... bueno, eso creía hasta ahora.

Harry frunció el ceño, y una leve nube de rojo cruzó sus ojos, manchando el hermoso color esmeralda con tonos primigenios de sangre. La magia parecía gotear malicia de su cuerpo, y en sus ojos se reflejaba una ira ardiente.

—No. El heredero ilegítimo de Salazar. Solo eres una paria ante la grandeza de nuestro... pariente.

—Oh... una lástima, supongo... sin embargo, somos familia, ¿no? —Tom preguntó. Sus ojos negros examinaron a Harry—. Te pareces a mí, mucho más de lo que crees o piensas, y no solo físicamente, Harrison... sino mentalmente.

Los ojos oscuros de Tom no se desviaron en ningún momento de los ojos de Harry. Su mirada seguía fija, sin titubear, como si buscara leer cada pensamiento y emoción que pasara por la mente del joven mago. Pero, a pesar de la intensidad de su mirada, su rostro permanecía impasible, mostrando solo una sonrisa falsa que intentaba ocultar sus verdaderas intenciones.

—Los magos tienen honor, ¿no crees? —preguntó Tom en un tono coral—. El mundo mágico tiene... valor, y los niños tienen corazón... ¿sabes qué tenemos nosotros, Harry? Todo lo que yo tengo es...