| Harry Potter | El Legado del Inefable

Capítulo 44.5- El Destino de los Reyes

-En la desgracia dejaste de ser tú, para convertirte en quien más necesitaban...

Es importante mencionar que todos los derechos de autor de Harry Potter pertenecen a su autora, J.K. Rowling. Este fanfic es simplemente una adaptación de su historia y no pretende ser otra cosa.

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Sus pasos ajenos resonaron sombríamente por los adoquines adornados de la fría nieve que caía en el Callejón Knockturn. La sombra encapuchada, de edad mediana y no más, atravesó los intrincados callejones hasta llegar finalmente a un bar recurrente en el callejón. Con gesto decidido, se quitó la capucha, revelando un rostro marcado por el tiempo y las vicisitudes de la vida. Sus ojos, oscuros como la noche, escudriñaron el oscuro interior del bar mientras caminaba hacia la entrada.

El aire en el bar estaba cargado de un extraño aroma a especias y humedad. Las luces parpadeantes apenas iluminaban los rostros sombríos de los clientes habituales que se encontraban dispersos por el local. Entre las sombras, el recién llegado buscó un rincón apartado donde un hombre solitario se encontraba y se deslizó en un asiento desgastado a su lado, ocultándose a medias de las miradas curiosas.

El tabernero, un hombre corpulento con una barba enmarañada y ojos astutos, se acercó a la sombra encapuchada con una mezcla de curiosidad y desconfianza.

—¿Qué te trae por aquí en una noche como esta? —preguntó con voz ronca, mientras limpiaba un vaso mugriento con un trapo sucio.

La sombra sonrió sutilmente, revelando un destello de misterio en sus ojos. "Negocios", fue su respuesta lacónica. Aunque la palabra era simple, contenía un peso profundo y oscuro que resonó en el silencioso bar. Los demás clientes, alertados por la palabra pronunciada, lanzaron miradas cautelosas hacia la recién llegada.

El tabernero asintió con solemnidad, reconociendo la seriedad en la voz del forastero. Sin hacer más preguntas, se dio la vuelta y preparó una bebida en un vaso esmerilado. La sombra encapuchada observó con atención mientras el tabernero le entregaba la bebida con un gesto respetuoso. Tomó un sorbo, saboreando el licor ahumado que quemaba su garganta, mientras su mente urdía los intrincados planes que tenía entre manos.

—¿Qué buscas?

—A quién busco —corrigió el hombre al tabernero, quien asintió con su rostro extrañamente temeroso—. Busco al hombre que ha aconsejado a líderes y que ha ganado batallas imposibles con nada más que su ingenio y poder.

La mención del hombre que buscaba sacudió al bar, sumiendo a los presentes en un silencio sepulcral. Las miradas furtivas se cruzaron entre los clientes, quienes parecían conscientes de la gravedad de la situación. Nadie se atrevía a pronunciar el nombre de aquel legendario estratega, aquel que había asesorado a líderes y ganado batallas imposibles a lo largo de los años. Su reputación pesaba como una losa sobre el ambiente tenso y cargado del bar, infundiendo un respeto reverencial incluso entre los más despiadados.

—Ese hombre que buscas, no es fácil de encontrar. Pero si tienes la fuerza necesaria y tu verdadero interés habla por ti, entonces estás en el lugar correcto —murmuró fríamente el hombre solitario a su lado.

El hombre solitario a su lado, con una mirada penetrante y un tono de voz gélido, pronunció esas palabras con una determinación que cortaba el aire.

—¿Quién eres tú?

La pregunta del hombre solitario hizo que el aire se volviera aún más tenso en el bar. Todos los presentes, incluyendo al tabernero, se levantaron apresuradamente de sus asientos y abandonaron el lugar en un silencio sepulcral. La presencia gélida en el ambiente se hizo más intensa, y una magia poderosa comenzó a emerger del hombre solitario a su lado, envolviendo el lugar en una atmósfera cargada de anticipación y temor.