Capítulo I: El Irresponsable.

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—Vaya, hasta que el protagonista hace acto de presencia.— bufó irritado. —Armin, ya le iba a llamar a mamá para decirle que me dejaste aquí solo. ¿Por qué diablos tienes un golpe?— inspeccionó el rostro de su hermano, que, oh, maldita sea, pero tenían la misma cara.

—¡No te vas a creer por qué estoy herido!— el tal Armin suspiró irritado.

—Debo imaginar que te peleaste con alguien en tu misión súper secreta en la tienda de videojuegos, ¿no?— su hermano parecía de todo menos sorprendido. —Eso te pasa por llegar tarde a tu tonta preventa en una tienda que es conocida por el olor potente a friki.— hice lo posible por no reír ante es último comentario.

—¡Yo no hice nada! Una mocosa milimétrica se enojó conmigo y me golpeó, dándome una patada en la cara.—


¿¡Mocosa milimétrica!? ¡Pero qué irrespetuoso! ¿Ahora resulta que yo soy la culpable de las consecuencias de sus propias acciones? Menudo tonto.


—Las personas no se enojan por nada, Armin. ¡Debiste hacerle algo para que se molestara!— el azabache no parecía precisamente feliz de que su hermano le diera la contra.

—¡Sólo tomé su juego prestado! No es como que fuera la única tienda con ese juego, ¿sabes? Seguro que sus papás la llevaban al otro centro comercial a buscar uno, y no creo que sus padres le hayan prohibido las compras en Amazon.— si había un día en el que estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano para no reaccionar, era hoy.

—Así que... una chica bajita te golpeó porque le arrebataste algo de las manos.— Alexy me inspeccionó con una sonrisa que me daba miedo. ¿Y si se dio cuenta...? —Bueno, ese es tu problema, hermanito. Suerte convenciendo a mamá para que te preste su tarjeta de crédito tras tu chistecito.— pese a que obviamente descubrió el vínculo desafortunado entre su hermano y yo, no dijo nada más.

—¿Y no me vas a ayudar?—

—Como el perfecto hermano menor que soy, te daré apoyo desde las sombras.— el gemelo malvado puso los ojos en blanco.

—¡Espero que digas lo mismo cuando tu tonto celular no funciona!—


Pensar en que tendría que respirar el mismo aire que este sujeto... parecía ser que el karma por fin me estaba cobrando todas las que le debía.


—Ay, pero si yo tengo malos modales, tú has estado peor, hermanito.— regañó a su hermano. —Por si no te diste cuenta, tengo compañía.— el idiota se giró hacia mí, dedicándome una sonrisa que sólo me daba ganas de sacarle los dientes y ponerlos en la puerta el aula como advertencia.

—Oh, no te preocupes.— logré forzar la mejor de mis sonrisas.

—Este es el irresponsable del que te hablaba, amiga.— se encogió de hombros, y el sujeto en cuestión simplemente rió.

—Perdón por la pésima fama que mi hermano me está creado. Soy Armin, ¿y tú?— por más que quisiera decirle ¿qué te importa, pedazo de animal?, eso no iba conmigo.

—Scarlett.— apenas pude responder de buena manera.

—Gracias a que también llegó tarde, pude conocerla. Yo le digo Scattie, así que ni se te ocurra robármelo.— alcé una ceja, un poco extrañada con su dinámica.

—Entonces yo...— el señor maduro se quedó sin palabras, como si estuviera pensando. No parecía estar acostumbrado, así que estaba esperando el momento para traer el extintor.

Ice Queen [CDM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora