Ice Queen [CDM]

Capítulo XIV: Etapa de Negación.

Ya se había dado la vuelta, y yo comenzaba a dudar sobre lo que tenía que hacer. Me estaba cansando esta situación en la que estábamos bien y de la nada todo volvía a estar mal.

—No recuerdo haber dicho que te podía ir.— abrí la boca por fin. —Hay algo que me tiene molesta, y sabes perfectamente qué es.—

—¿Disculpa?—

—Si dije algo que te molestó, dilo. Me regañas por no ser honesta, pero haces lo mismo. No sé que es lo que piensas y eso me está cansando.— terminé con lo que tenía atorado, sin mayor filtro.

—Eh, espera Cat, yo--.—

—¿Te molesta que seamos amigos? ¿Es eso? Si quieres el trato regular de compañeros, te lo daré. ¿O por qué motivo parecías bastante molesto cuando dije que éramos amigos? ¿No es recíproco?— ahora que lo pensaba de manera más detenida... era la primera vez que me refería a nuestra relación de manera explícita.

—¡No!— sin motivo aparente, sus mejillas estaban sutilmente sonrojadas. —C-Creo que no estás entendiendo algo muy obvio, para varias.— alcé las cejas ante su toque de ironía.

—Bueno, ya que aparentemente soy muy tonta, ¿por qué no me iluminas?—

—Si lo digo, no quiero que me reclames día tras día que fue muy simple, ¿de acuerdo?— el sonrojo creció en sus mejillas, y yo seguía sin entender lo que estaba dentro de su cabeza.

—¿Scarlett?— la silueta de mi papá apareció detrás de Armin, y casi me da un infarto.

—Hola, papá.— lo saludé, y de repente Armin parecía aun más incómodo.

—Acabo de llegar...— escaneó al azabache por un segundo, sin parecer añadir más comentarios.

—¿En serio? No te vi... creí que llegarías un poco más tarde.— al ver que ninguno de los dos parecía querer dar el primer paso, suspiré. —Papá, te presento a Armin. Vamos al mismo instituto.—

—B-Buenas noches, señor. Es un gusto.— Armin le extendió la mano casi temblando, y mi papá lo saludó.

—Elliot Adler. Gracias por acompañar a mi hija.— agregó sin una expresión aparente.

—Entonces nos vemos el lunes, Scarlett. Un placer, señor Adler.— sin más, mi amigo se despidió.

Mi papá y yo nos subimos al elevador, y él parecía no comentar nada al respecto de Armin. Es cierto que nunca lo había inmiscuido tanto en mi vida personal, por lo que conocer a mis amigos podría serle un acontecimiento raro... conocía a Nathaniel y a Castiel, sí, pero dejó su opinión clara desde el principio: Castiel no le agradaba mucho, y aunque también tenía ciertas reservas de Nath, me decía que era un chico bastante decente.

El camino fue un tanto silencioso, pero lo atribuía más al obvio cansancio de mi padre. Una vez que llegamos al piso, me despedí de él, recordándole que era libre de tomar lo quisiera de la despensa y yendo a mi habitación minutos después.

Aproveché su cansancio para tener la paz de analizar algunas cosas. ¿Qué es lo que Armin me iba a decir que, aparentemente, era muy obvio? ¿Valdrá la pena preguntarle ahora?

Estimando que ya estaba en su casa, tomé mi celular y le marqué. Me sentía un tanto ansiosa... ¿por qué? ¿Qué es lo que esperaba que me dijera?

—¿Cat? ¿Sucede algo?— preguntó a través de la línea.

—Quería preguntarte algo que me tiene rondando la cabeza.—