Capítulo IV: Pregúntale a Cassy.

71 10 0
                                    

—¿No te vas a ir? Ya se terminó nuestro castigo.— levantó la mirada, su cambio de semblante siendo casi instantáneo.

—¿Así que ahora quieres que regresemos juntos? La ruta del bus pasa por nuestras casas, después de todo.— su petición me sacó un poco de onda.

—Nunca dije que quería que regresáramos juntos.—

—Simplemente estoy siendo un caballero porque no puedo dejar en mal a mi madre. No soy tan cavernícola como aparento.— me recargué contra la pared, con mi mochila ya en mis hombros.

—Pensé que yo no contaba como una chica para ti.—

—Pues realmente no, pero no puedo contradecir tu identidad, ¿o sí?— tomó su mochila. —Te acompaño al patio del instituto, hasta ahí llega mi energía.—

—Puedo ir sola.—

—No, insisto.—

—Yo igual.— antes de que pudiera dar la vuelta, me tomó por la muñeca, casi arrastrándome contra mi voluntad.


La primera parada obligatoria fue dejar nuestras hojas de castigo con Nath, quien, para mi pesar, no estaba, sino otro chico que era delegado de clase. Firmó nuestras hojas y las archivó, y poco después, este sujeto siguió guiándome por toda la escuela.

Una vez que llegamos a la salida, nos separamos aparentemente, pero no tenía ningún caso pues nuestra parada era la misma. Sentí la mirada confundida de Armin sobre mí, pero si fuera un hábito que ya había desarrollado en su contra, lo ignoré. Esperé a que se cansara y dejara de verme, pero seguía insistiendo con su mirada.


—Un minuto más y comenzaré a cobrarte por verme.—

—Es sólo que tus cambios de actitud son... ¿raros? A veces siento que eres amable, pero al siguiente momento, es al revés.— pese a que era lo mismo que pensaba de él, sabía que esta era mi oportunidad para hablar.

—Es que, bueno, yo... lo siento.— ah, se sentía tan bien dejarlo salir, aunque no encajaba mucho en nuestra conversación.

—¿...Scarlett?— parecía un poco confundido con la manera en la que había escalado la situación.

—Desde que llegaste, no he estado haciendo más que fastidiarte y hacer una situación tan pequeña en algo enorme. Sé que mi personalidad no es la mejor, así que haré mi mayor intento por controlarme.— carraspeé. —N-No me desagradas, simplemente... eres algo irritante a veces. También quería agradecerte por entrometerte en lo de Delanay, si hubiera sido al revés, es posible que hubiera fingido demencia y que te hundieras solo.— repetí las palabras de Nathaniel.

—Entonces yo también puedo hacer algo en señal de tregua, ¿no?— antes de que pudiera contestarle algo, me picó las costillas, provocando que casi brincara.

—¿¡Qué te pasa!?— le reclamé, y él simplemente rió.

—Fue por lo de hace rato. ¡Tómalo como muestra de que ya estamos en paz!— comentó, bastante orgulloso.

—¡Hay maneras más civilizadas de hacer tregua! No sé, como pidiendo una disculpa, por ejemplo.— refunfuñé, lo que parecía disminuir el efecto de que me tomara en serio.

—Nah, eso es aburrido.— se encogió de hombros, y simplemente suspiré. —El bus ya llegó, si no quieres estar otros 20 minutos esperando...—

—Ah, tienes razón.— saqué mi tarjeta, subiendo los escalones para pasar. —Buenas tardes, serán dos pasajes.— le comenté al conductor, por lo que pasé mi tarjeta dos veces.

Ice Queen [CDM]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora