༒┊𝕰𝖓𝖈𝖆𝖗𝖈𝖊𝖑𝖆𝖒𝖎𝖊𝖓𝖙𝖔 ┊༒

Capítulo 10: Día 7

Me desperté sintiéndome genuinamente mejor por una vez, tanto física como mentalmente. Me senté en la cama y miré alrededor de mi habitación temporal, sin sentir la misma desesperación que solía sentir y sonreí para mis adentros. Una semana menos, faltan tres, podría hacer esto. Limpié la lámpara de carne que había usado nuevamente, hice ejercicio y me duché, pero antes de salir de mi habitación, atrapé la carta en mi escritorio. Me maldije por no haber leído 'Funeral' anoche antes de sentarme en mi silla para hacerlo antes de que Wesker se enterara. ¿Le importaría siquiera? No estaba seguro, pero él estaba haciendo el esfuerzo de tener cada uno listo todas las noches, así que me sentí mal por no haber hecho mi parte al leerlo. De todos modos, fue corto, así que no me tomó mucho tiempo terminarlo. Lo llevé conmigo, dejándolo en la mesa de café para que Wesker lo quemara cuando quisiera.

La puerta de Wesker todavía estaba cerrada y en realidad me encontré con ganas de ir a llamar para ver qué estaba haciendo. Ni siquiera me molesté en decirme a mí misma alguna excusa de que era por algún tipo de sospecha o que debería estar vigilándolo, solo quería la compañía... su compañía. Pero no lo molesté porque sabía que él sabría por qué lo hice. Así que me ocupé de hacer algo pequeño para comer ya que aún no tenía mucha hambre, pero quería mostrarle a Wesker que no iba a seguir confiando en él. Admito que fue agradable que cocinara para mí, pero yo era perfectamente capaz de hacer las cosas por mí mismo. No me molesté en hacer lo suficiente para el rubio también, ya que ayer comió y no necesitaría volver a hacerlo hasta dentro de uno o dos días.

Tuve tiempo de terminar de comer y lavar todos los platos y Wesker aún no había salido de su celda. Me senté en el sofá, fingiendo estar leyendo algo en las noticias en mi teléfono aunque mi atención estaba fija en la puerta a mi derecha. Seguramente sabía que estaba despierto, no es como si hubiera estado callado e incluso si lo hubiera estado, me habría escuchado de todos modos. Tal vez se estaba duchando… No escuché correr el agua. Tal vez estaba demasiado ocupado escribiendo o algo... pero prefería hacer las cosas aquí conmigo. Tal vez él quería estar solo en este momento por alguna razón... pero dijo que disfrutaba de mi compañía y que no pasó nada entre nosotros que justificase que ninguno de nosotros se evitara. Incluso me atrevería a decir que estábamos en buenos términos y que este sería el momento para que él intentara acercarse a mí, ya que sabía que lo estaba permitiendo... más o menos.

No había notado mi dedo golpeando mi brazo doblado, mi teléfono olvidado, hasta que el ritmo y la fuerza detrás de él hicieron que me dolieran las articulaciones. Eso es todo. Me puse de pie y caminé hacia su puerta, deteniéndome un momento mientras pensaba en lo que le iba a decir. Estaba enojado... ¿por qué? No es como si hubiéramos hecho planes y él me estaba plantando o algo... no estaba haciendo nada malo al quedarse en su celda y no debería importarme lo que estaba haciendo. Entonces, ¿por qué lo hice? ¿Por qué estaba enojado con él por hacerme esperar por él como si mi día solo comenzara cuando él entró? No me molesté en llamar, recordándome que no era su dormitorio, era su celda de prisión y yo era su guardián.

Abrí la boca para decir algo cuando me congelé ante la vista que tenía delante. Wesker yacía sin camisa en su cama, la manta solo cubría la mitad inferior de su cuerpo y sus ojos inhumanos estaban cerrados. Yacía de costado mirando hacia la habitación, un brazo debajo de la almohada donde su cabeza descansaba contra ella y el otro colgando sobre su torso. Su cabello estaba fuera del estilo habitual para caer sobre la funda de la almohada, ya que había pasado el tiempo suficiente sin ningún gel para el cabello que lo ayudara a recordar cómo se suponía que debía quedar. Debajo de la manta, me di cuenta de que sus rodillas estaban ligeramente dobladas, lo que dejaba un pequeño lugar frente a él donde podía sentarme si quería, pero me quité ese pensamiento de la cabeza. Volví a mirar su cuerpo, siguiendo la curva de luz en su posición, y encontré sus ojos abiertos de par en par. Encontraron el mío de inmediato y parpadearon un par de veces mientras los pensamientos se apoderaban de ellos para ponerse al día con lo que estaba sucediendo. Cuando terminó de procesar la situación, se sentó y se pasó una mano por el cabello para intentar que volviera y se mantuviera así, lo que hizo la mayor parte, aunque algunos mechones cayeron sobre su frente. Esperaba que hiciera algún comentario sobre despertarlo o estar aquí, pero no lo hizo, solo preguntó qué hora era.