༒┊𝕰𝖓𝖈𝖆𝖗𝖈𝖊𝖑𝖆𝖒𝖎𝖊𝖓𝖙𝖔 ┊༒

Capítulo 12: Día 9

Me desperté de nuevo solo unas horas después, cubierto de una capa de sudor y mi respiración un poco más agitada. Otra pesadilla. Había tenido suficientes problemas para dormir últimamente que afortunadamente no tuve que lidiar con ellos y la otra noche fue la primera buena noche de sueño que tuve probablemente desde que Jill derribó a Wesker por esa ventana hace tantos meses. Pero, por supuesto, como todo lo bueno en mi vida, no podía durar. Fue mi culpa por hechizarlo, sintiendo que las cosas realmente mejorarían, si ese era el caso, entonces esto era un presagio de cómo serían mis noches a partir de ahora. Las cosas nunca mejoraron, ¡siempre me escupían cosas más horribles, incluso desde mi propia maldita mente! Nunca podría alejarme de todo. Solo quería descansar. No más violencia, no más enemigos de los que desconfiar, 

Me salté mi entrenamiento y fui directamente a darme una ducha fría. La ira y la tristeza aún se gestaban bajo mi piel, pero hoy me sentía extrañamente insensible. Supongo que fue bueno llorarlo todo a alguien más como lo hice yo, no había nada más que sentir o hacer al respecto. simplemente fue Me quedé en la ducha más tiempo de lo normal, hasta que el rocío frío palideció mi piel y también me sentí entumecida por fuera. No quería hacer nada hoy. Solo quería desvanecerme en nada como si no existiera. Después de todo el gore, la muerte, la carnicería cruda, la experimentación inmoral, la traición y la pérdida personal que había enfrentado... Estaba tan cansado de todo, ¿estaba mal querer dejar de pelear? 

Finalmente cerré el agua y salí de la ducha, mirándome en el espejo durante un largo momento. Mi piel era un poco más clara de lo normal, pero eso solo se debía a que el color se me había ido debido a la larga exposición al agua helada. Me concentré en mis ojos, generalmente vivos y decididos, ahora aburridos y sin alma. Aunque hacía mucho tiempo que me había acostumbrado al peso de mi propio cuerpo, me sentía tan pesado como si cada movimiento requiriera más esfuerzo del que debería. En un nivel subconsciente, sabía que lo que estaba experimentando era un nivel profundo de depresión y que debía buscar ayuda en lugar de sufrir solo, lo que empeoraría las cosas... pero no quería hablar con nadie. 

Me sequé y me puse ropa limpia antes de regresar a mi habitación. La costumbre me dijo que fuera a tomar un café como si me hiciera sentir mejor, pero sabía que no sería así, así que no me molesté. Ya no quería quedarme tirado en la cama, así que me senté en el sillón frente a mi televisor y me quedé mirando la pantalla negra, mis ojos siguiendo la línea de mi silueta en el tenue reflejo. 

A través del entumecimiento sentí un dolor por mi antiguo capitán, el hombre que me encontró de mal humor en mi escritorio después de horas por un estúpido error que cometí y procesó para burlarse de mí con esa expresión sin emociones. Estaba tan enojado con él que le pregunté por qué no me despidió ya si solo era un fracaso porque, oh sí, era el mejor tirador que jamás había tenido. Sabía que estaba mal arremeter contra él, pero ya estaba dudando de mí mismo, no podía permitir que él también dudara de mí. Me dijo que era bueno pero no insustituible, así que lo reté a un desempate que aceptó. Me llevó al campo de tiro y nos turnamos para darnos puntos. Se sintió bien soltar algunas rondas y ganar fue una ventaja. Fui triunfante y mi confianza en mí mismo regresó con la prueba de que no valía nada. Me giré para regodearme, pero dudé ante la tierna sonrisa de Wesker. Puso uno de mis objetivos entre nosotros y con un propósito metió el dedo a través del agujero creado por varias balas que encontraron el mismo punto en el círculo rojo como para enfatizar lo notable que era. Me aseguró que no me despediría por un simple error, que debería dejar de castigarme y trabajar para asegurarme de que no volviera a suceder. Volvió a colocar el objetivo y pasó junto a mí, golpeándome el hombro una vez mientras lo hacía. Me dijo que estaba contento de que volviera a actuar como yo mismo y me felicitó por mi victoria. Luego se fue.