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MÓNICA

El café estaba magnifico, como siempre, este local sabe hacer los mejores cafés de la ciudad, aunque no le estoy prestando atención al libro que me e traído ya que noto todos los ojos del lugar puestos en mi. Parece que al final se me amargara el café. Noto como se abre la puerta del local, no suelo hacer caso pero esta vez no puedo apartar la mirada. Con el pelo negro, vestida de militar y con los brazos muy tatuados, parece que necesita un café con las misma urgencia que yo lo necesitaba. Parece no darse cuenta de mi mirada y la de varias mujeres más. Tiene un aura poderosa y un andar muy depredador. La camiseta se le queda adherida al musculoso cuerpo dejando poco espacio a la imaginación del tamaño de los músculos que tiene, las mangas de la camiseta parece que quiere explotar y los abdominales se le marcan de forma muy llamativa.

La camarera tiene esa típica sonrisa de niña boba, como si quisiera comérsela, aunque a decir verdad no creo que la pueda culpa, está para comérsela. Parece joven, demasiado joven y al mismo tiempo parece que a vivido toda una vida. Una vez que le toman la orden se gira y de pronto me mira, entonces me doy cuenta de mi error, esos ojos verdes están tan fijos en mi y me hacen arder en llamas. Entonces decido que es hora de irme. Cuando llego a la barra ella se marcha por la puerta. 

-Lo lamento señora, su café ya fue pagado por ella.- La camarera me mira de forma muy divertida esperando mi reacción. Salgo de inmediato detrás de la soldado esperando que no sea demasiado tarde. La veo unos veinte metros calle arriba y decido seguirla, al frenarla me doy cuenta de que es un poco mas baja que yo pero la anchura de sus hombros me asombra, a pesar de ser tan bajita es bastante grande, los tatuajes se marcan bastante sobre los antebrazos. Después de una breve charla nos despedimos, no se el impulso que e tenido de pedirle que asista a mi concierto, necesitaba volver a verla. Mientras me dirijo al coche sigo sintiendo su mirada en mi, es como si me siguiera, me fijo en Pepe, mi fiel amigo, riéndose desde el asiento del conductor, al abrir la puerta veo que se esta riendo a carcajada pura.

-Por dios Mónica, parecías una niña pequeña, estabas tan nerviosa.- No paraba de reírse lo que consiguió que me pusiera como un tomate y se ganara un golpe en el brazo.- Vamos, me vas a negar que estabas de los nervios.-

-No, no te lo puedo negar, tampoco quiero.- Mientras nos marchábamos la vi seguirme con la mirada no pude negar que esa mujer tenía algo que me ponía nerviosa, algo animal.- Se llama Val, parece que es militar.- Mientras Pepe conducía mi cabeza no paraba de dar vueltas a todo lo que había sucedido. 

-Por lo menos dime que has quedado con ella para algo.- La semi pregunta que me hace no me termina de pillar desprevenida, después de catorce años el es como mi hermano, así que me conoce bastante.

-Si, le dije que esperaba verla en el concierto del sábado, no se porque e tenido el impulso de decírselo pero necesito volver a verla, no se que tiene.- Se que el escucha mis paranoillas y siempre intenta darme el mejor consejo posible. 

-Me parece perfecto, podemos hablar con los organizadores y cuando ella llegue que intenten que vaya a la carpa y así podéis hablar.- Noto su mano sobre la mía, aprontándola suavemente, lo único que puedo hacer es asentir, mientras el aparca el coche y llegamos al estudio me doy cuenta de que me toca volver al trabajo, la rutina. Amo mi trabajo, aunque a veces tengo esos bajones tan brutos de no querer hacer nada, quedarme en casa y no salir de la cama. Pepe y los demás son los únicos que me arrastran para que no me quede encerrada y caiga en una depresión. Después de todo lo malo que me a pasado necesito un respiro y se que la música, mis conciertos y mis fans me dan esa vida, esa alegría que a veces siento que e perdido-

Subiendo por el ascensor sigo con taza de café ya que no me la terminé, se que me están esperando y Pepe estará mandando mensajes a los organizadores para que dejen todo preparado para el sábado. Cuando llegamos al estudio, están todos listos para comenzar así que comienzo a calentar la voz procurando ignorar a las miradas de todos. Una vez encerrada en la sala, con el móvil mirando que canción toca, me fijo en Pepe hablando para todos en general, seguramente avisándoles de lo que había sucedido hoy y lo que pasaría el sábado. Ni yo misma se que pasará el sábado, solo se que aun quedan unos días y tendré que esperar si realmente ella irá. Las miradas se dirigen a mi de inmediato. Reviso el repertorio del sábado, para asegurarme de que esta todo correcto, al momento noto como mi productor me habla a través de los auriculares para que comience cuando este preparada. 

Después de varias horas de ensayo, prueba y error estamos todos bastantes satisfechos con el resultado de lo que hemos conseguido. El ambiente esta un poco tenso, creo que están esperando que yo les cuente algo de lo que a sucedido. Pepe solo me mira y se ríe. Al final no tengo mas remedio que aclarar algo aunque no les cuente demasiado. 

-Si queréis que os cuente algo de lo que os haya dicho pepe os podéis esperar sentados un rato, solo os diré que ella estará el sábado en el concierto.- Al decir esto me levanto y me marcho de la sala, necesito respirar un poco de aire fresco. Al salir a la terraza noto el aire frio de la ciudad, necesito relajarme. Al fin y al cabo llevo una temporada un poco alejada de todos, y de todo. Llevo varias semanas otra vez con un bajón. Necesito desconectar, se que queda aun varios conciertos pero necesito frenar. Este ritmo me esta destrozando. Con esta ultima reflexión vuelvo dentro para terminar lo que quede y poder marcharme a casa, a esperar que llegue el día del concierto, esa idea hace que se me escape una sonrisa suave, sin entender como tengo ganas de volver a verla. 

La Capitán y La PanteraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora