~ Asiento reservado.

Capítulo 12

— Harry, me parece absurdo lo que me pides.

Liam se escuchaba algo molesto al otro lado de la línea. No me quedaba otro remedio de que aceptara lo que le decía.

— Lo sé, pero debe de ser así. Solo podrás venir cuando Chuck esté conmigo.

— ¿Por qué no le mandas a tomar por culo? No puede prohibirte ver a tus amigos, por Dios.

— Cállate, Liam. Es mi novio, y lo amo. — me defendí, enfadado. — Yo entiendo que sea inseguro. Es algo que debo aceptar y cuidar para que no le afecte.

Escuché el largo suspiro por su parte. Pude hasta intuir que había negado varias veces.

— Harry, te quiero mucho, pero no estás bien. Yo...respetaré lo que me pides, pero, como haya una segunda petición, no pienso cumplirla. Más le vale a ese imbécil no cagarla más contigo.

Liam se arrepentiría más tarde, de no haber sabido más cosas acerca de Chuck. Yo no volví a contarle nada a nadie. No quería que le juzgaran, que vieran una imagen de él así. No diré por qué...

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Bastaron seis semanas para que Louis estuviera recuperado del todo. Había tenido que reposar en casa, sin poder hacer muchos esfuerzos. Zayn y Niall estuvieron con él para ayudarlo en lo que hiciera falta. Realmente eran los mejores amigos que el ojiazul podía tener.
Sobre el trabajo, lo retomaría de nuevo, ya que estaba todo bien. Tan solo había estado de baja por incapacidad temporal. Había recibido una compensación por lo sucedido en el aparcamiento con Chuck. Hasta entonces, Louis no había decidido tomar medidas contra él. No lo haría, no quería más problemas. Tan solo se limitó a seguir con su vida, sin Harry. Al parecer, estar a su lado le había traído problemas. Se sentía como un Idiota, por haberse sentido atraído por él. ¿Qué esperaba? ¿Creía de verdad que Harry dejaría a su novio para estar con él? Que patético.

Llegó a la estación de tren, sintiéndose algo extraño. Hacía tiempo que no realizaba su rutina. Había estado acostumbrado a permanecer en su casa, haciendo el mínimo esfuerzo. Soltó un suspiro y se sentó en uno de los bancos. Su amigo Niall apareció barriendo, algo enfadado. Ambos jóvenes se miraron.

— Niall, hola, ¿qué pasa?

— Hola Lou, me alegro de verte de nuevo por aquí. — le dedicó una pequeña sonrisa — Estoy harto de este trabajo. Estoy pensando en dejarlo. — se sentó a su lado.

— ¿Y eso?

— Este mes no cobré. Les pido explicaciones, y me dan largas. No me da la gana. — soltó la escoba frustrado.

— Qué hijos de puta. No te vayas hasta que te den lo que es tuyo. Si es necesario,  te ayudo a pagar un abogado, y que te solucione esto. — palmeó su hombro en señal de apoyo.

— Gracias, Lou, veré a ver qué pasa. — sonrió a su amigo. — ¿Tú qué tal?

— Listo para volver al curro. — sonrió seguro.

— Genial, amigo. — se levantó y recogió la escoba. — Te deseo suerte, voy a ver si barro por allí. — señaló una zona alejada de ellos. Louis asintió. — Nos vemos. — se fue.

El castaño escuchó por megafonía que su tren vendría en un par de minutos. Se apresuró un poco para llegar a la vía. Cuando el tren llegó, Louis subió y se sentó en uno de los asientos vacíos. A su lado no había nadie, pero no puso su mochila. Ya no buscaba dejar el asiento reservado.

Rato después, las puertas se abrieron en la parada de Harry. El ojiazul no le dio importancia, ya no. No le interesaba si el joven subía o no. Decidió centrar su vista en su móvil, revisando sus redes sociales.