Capítulo 7

254 31 10
                                    

Cuando conocí a Niall, fue en mi primer día de trabajo. Estaba tan nervioso e inseguro de perder el tren, que me presenté en la estación una hora antes. Si, una maldita hora antes. Llegué súper nervioso. Sinceramente no sé por qué lo estaba tanto. Tal vez, el miedo de convertirme en un fracaso, como mis padres decían, me atemorizaba.

Llegué y me senté en un banco, moviendo mi pierna, provocado por mi inquietud. Él estaba por ahí, limpiando, ya que es su trabajo. Se acercó con la enorme mopa que manejaba, con la intención de barrer por debajo de mis pies. Yo, al darme cuenta de aquello, los levanté.

— Gracias, no todo el mundo lo hace.

Esa frase la soltó con bastante alivio, mientras que hacía su labor. Yo alcé una ceja en respuesta y le miré.

— ¿En serio? Vaya, luego encima se quejarán si lo ven sucio.

— Pues si, lo hacen, y me da mucha rabia, pero bueno, es lo que hay. — Niall se encogió de hombros y se enderezó. — Soy Niall, mucho gusto.

— Louis, encantado. — le sonreí.

— Te veo algo nervioso. ¿Todo bien?

— Oh, si, es que, hoy es mi primer día de trabajo y, estoy nervioso, si.

Aquel chico rubio comenzó a reír dulcemente. Me entendió a la primera y palmeó mi hombro.

— Es normal, Louis, pero ya verás como se te da bien. ¿Dónde es?

— En el centro comercial de Kelmen. — era el barrio de las afueras donde estaba situado el edificio. — De vigilante nocturno de seguridad.

— Vaya, no te ofendas, pero suena a trabajo coñazo, y eso que el mío ya lo es.

Me reí con él. Desde el principio, me cayó genial, y me pareció un chico muy divertido. Estuvimos hablando aquella hora, hasta que me tuve que marchar. Desde entonces, él se ha convertido en uno de mis mejores amigos. Niall siempre está para mí, y yo para él. Ahora mismo, no sé qué sería de mi sin mi rubio. Le quiero mucho.

--

Otoño en Norwill, donde los numerosos parques de la ciudad se tiñen de multitud de colores cálidos, donde los árboles pierden sus hojas, tras un largo verano. Las temperaturas comienzan a bajar y las lluvias se vuelven lo más común en la zona. Es la época favorita de la mayoría de jóvenes en Norwill.

Louis se encontraba en el parque Holdwoods, situado a las afueras. Era un lugar tranquilo, perfecto para pasear y despejar sus ideas. Había un pequeño estanque, donde algunos animales, como patos, se acomodaban por el lugar, disfrutando de la paz que transmitía aquel sitio. Algunos ancianos se sentaban en los bancos para, simplemente, pasar sus horas. Otros, elegían el parque para correr, ejercitarse. El ojiazul caminaba a paso lento por uno de los caminos, sintiendo la pequeña brisa. Eran las seis de la tarde. Soltó el aire y llegó al estanque. Se apoyó en uno de los muros que impedía que la gente accediera al agua. Sentía la necesidad de fumar, pero prefirió ignorarla.
Durante los últimos días, su cabeza no dejaba de pensar en las palabras de Harry. ¿En verdad él había confundido la amistad? No parecía ser así, no había dado señales, o al menos eso creía. Y si lo había hecho, ¿qué importaba? Jamás habría algo entre ellos. Miraba las personas que rodeaban como él el estanque. Algunos niños querían alimentar los patos, a base de migas de pan. También había parejas jóvenes, disfrutando de su relación. Louis se fijó en dos chicos que había más alejados de él. Los reconoció al instante. Harry y Chuck. Parecía que hablaban, pero no de la mejor forma, al menos Charles. Él se veía enfadado, y lo reflejaba en su cara, y la forma de dirigirse a Harry, que parecía escucharlo con arrepentimiento. Louis se incorporó en su sitio, sintiendo la necesidad de intervenir, pero sus pies le impidieron moverse, cuando vio cómo Chuck abrazaba a Harry, como si estuviera disculpándose. Él le correspondió el gesto y unieron sus labios. El ojiazul miró a otro lado, sintiendo ese malestar en el estómago. Apoyó sus manos en el muro y agachó su cabeza. Permaneció así unos largos segundos. Cuando volvió a alzar la mirada, los chicos ya no estaban. Alzó una ceja y casi saltó al agua cuando los vio detrás suyo.

 ~ Asiento reservado. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora