No mentiré. Hacerlo con Louis fue un alivio entre tanta mierda de la que estoy rodeado diario. Empiezo a pensar que me equivoqué precipitándome con Chuck. Todo fue tan rápido, que apenas pude pisar el freno. Por alguna razón, me sentía muy culpable esa noche. Un lado de mi, me decía que lo que hice estuvo mal, que Chuck no se lo merecía. Por otro lado, me sentía bien, afirmando que mi novio se merecía lo peor. ¿Por qué tengo que dudar tanto? Es una mierda todo.
Mis piernas temblaban bastante, cuando entré por la puerta. Bastante sufrí ya el hecho de que iba a asistir a una fiesta sin él. Me castigó de una manera horrible. No entraré en detalles, pero dejó el mi interior un leve dolor. Tal vez por eso Louis pensó que me hizo daño mientras lo hacíamos, sin saber que no fue cosa suya.
Chuck estaba ahí, sentado en el sofá, esperándome como un cazador frente a su presa.
— Hola, ya estoy en casa... — musité en apenas un hilo de voz. Él se puso de pie de un simple movimiento, tomando fuerte mi brazo. Me acercó bruscamente a él. Se le veía enfadado.
— ¿Acaso te piensas que no sé qué has estado de puta en la fiesta? No pensé que con el castigo que te di, asistirías igual, maldito imbécil.
— A-amor, para, me haces daño. — apreté mis ojos, pero él solo se rio.
— Y más que te haré si no me cuentas qué has hecho hoy. — gruñó como un horrible monstruo.
Tenía miedo de que Louis sufriera consecuencias por mi culpa. Mentir jamás fue mi punto fuerte, y menos con su presencia, pero me atreví, siendo el detonante de todo lo malo.
— N-no hice nada. — me tembló la voz. Que estúpido fui. Él lo notó enseguida. Me soltó una fuerte bofetada, tirándome al suelo. Mi mejilla ardía, y mucho.
— ¡¿Por qué te empeñas en ocultar la verdad?! Cuéntamelo ahora mismo, o juro que te mato, Harry. — su voz áspera me raspaba los oídos. Los tapé asustado.
— ¡P-perdóname! N-no sé por qué lo hice... — comencé a llorar, rendido. Temía por mi vida.
Chuck se agachó hasta mi y me levantó de golpe. Me acorraló contra una pared. Me sentía tan pequeño a su lado, tan vulnerable.
— Te doy tres putos segundos para que me cuentes. — lloraba temblando. — Uno... — sentía que me iba a desmayar. — Dos... — apreté fuerte mis ojos, sintiendo el peso de la culpa. — ¡Tres!
— ¡T-te engañé con otro hombre! — ya está, ya lo dije. Me sentía tan mal conmigo mismo. Fui un estúpido. Lo siguiente que escuché, fue cómo Chuck soltó una carcajada, pero no era divertida, era aterradora.
— Dame el nombre de ese hijo de puta, y no te haré nada.
Sin embargo, la calma con la que dijo aquella frase, me dejó algo sorprendido. En verdad le creí. Tragué saliva algo asustado, pero de verdad confiaba en él. Qué gran error.
— Louis.
Después de decir el nombre, no recuerdo mucho más. Solo puedo recordar que grité, mucho. Las marcas en mi cuerpo dicen más de lo que yo puedo decir...
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Louis pidió un día libre más en su trabajo. Necesitaba alejar a Harry de cualquier mal, ahora que sabía todo. Se ofreció a llevarlo a su apartamento. Subieron al siguiente tren que pasó, retomando el camino de vuelta. El castaño no se apartó del menor en todo momento. Bajaron cuando llegaron a la parada, y minutos después, a la casa de Louis. Entraron y el propietario observó detenidamente a Harry, que se sentía algo inseguro en aquel lugar.
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~ Asiento reservado.
Fanfiction"Desde entonces, mi actividad favorita se convirtió en hacer mi viaje de todos los días, porque sabía que tú subirías conmigo en cada uno de ellos..."