Amé tanto la camiseta que me compró Louis. Fue un bonito detalle. Él es un amor conmigo, realmente disfruté mucho pasar el día con él. Sin embargo, que mi novio me llamara en medio de la cena, me molestó bastante. Tuve que volver a casa, porque se puso bastante agresivo por teléfono. Temía lo peor. Cuando entré por la puerta, Chuck se veía molesto.
— Cuánto has tardado.
— Perdón amor, había mucha gente hoy, y me costó salir de la estación. — confesé, dejando mis cosas sobre la mesa.
— ¿Y eso? — señaló la bolsa donde iba la camiseta.
— Oh, un regalo que me compró Liam. — mentí. Si le decía que era de Louis, seguramente se enfadaría mucho más. Él negó y se levantó, acercándose a mi.
— Como me sigas mintiendo, vamos a tener un problema, mi amor. — la sonrisa que me dedicó era de auténtico psicópata. Me dio miedo. Comencé a temblar.
— E-es la verd-
— ¡Que no me mientas! — dio un golpe en la mesa y sacó la camiseta. Comenzó a mirarla. — ¿Quién te la ha comprado? ¿Ese chico de la discoteca, tal vez?
— Amm, yo...
— ¡Contesta! — alzó mucho la voz.
— S-si, fue él. — dije asustado.
Para mí sorpresa, Chuck se calmó. Asintió lentamente y me miró.
— Está bien amor, solo quería que fueras sincero, ya está. — me tomó de la cintura y besó mis labios. Yo no entendía nada. — Pero ahora mismo vas a bloquearle. Ni se te ocurra volver a quedar con él. No me da buena espina. Si te ha comprado la camiseta, es porque te quiere alejar de mi.
— ¿Qué? No creo que Louis quiera eso, amor.
— Oh, claro que sí. Yo conozco las intenciones de idiotas como él. — cogió mi móvil. — O le bloqueas tú, o lo hago yo.
Suspiré y le pedí que me lo devolviera. Busqué el contacto de Lou y le bloqueé. Suspiré y escuché el sonido de una tela romperse. Alcé mi mirada y quedé horrorizado viendo cómo Chuck rompía la camiseta.
— ¡Chuck, no!
Él me miró, con el ceño fruncido. Tiró la camiseta al suelo, ya inservible. Me agaché y tomé ésta.
— Eso es para que aprendas la lección. No más Louis, ¿entendido?
Tiró de mi pelo y yo me quejé por la fuerza que empleó. Asentí con unas pequeñas lágrimas asomando y subió a la habitación. Miré la tela destrozada y me sentí fatal. Ni siquiera pude estrenarla...
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El sol entraba por la ventana, asomando unos pocos rayos. Harry respiró profundamente y fue abriendo los ojos, debido al pequeño malestar de la luz en su rostro. Iba a darse la vuelta, cuando sintió unas manos sobre su cintura. Al principio, se tensó al pensar que se trataba de Chuck. Casi gritó del susto, pero cuando recapacitó al instante, se dio cuenta de que estaba en casa de Louis. Fue girando poco a poco su cuerpo, acabando de frente a su amigo. Sus manos acabaron en la cama, debido a los movimientos del menor. Comenzó a mirarle de arriba a abajo. Parecía un ángel dormido, simplemente perfecto. El rizado sonrió y se levantó de la cama. Fue al baño para realizar sus necesidades. Cuando volvió a la habitación, Louis dormía abrazando la almohada. Rio bajito para no despertarlo y se acostó a su lado.
El castaño fue despertando poco a poco y se encontró con el rostro de Harry, tratando de volver a dormir, cosa que no consiguió. El chico fue abriendo los ojos y se cruzó con los ojos azules del mayor.
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~ Asiento reservado.
Fiksi Penggemar"Desde entonces, mi actividad favorita se convirtió en hacer mi viaje de todos los días, porque sabía que tú subirías conmigo en cada uno de ellos..."