𝕃𝕒𝕕𝕪 ℕ𝕚𝕞𝕠𝕟𝕒

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Al día siguiente, Ambrosio dejó el castillo muy temprano junto a su guardia, conformada por Todd y los demás guardias de élite, Ballister fue a buscar a la pelirosa para ir a desayunar.

- Nimona... -golpeó la puerta un par de veces, pero no respondió- es hora de levantarse.

Espero un par de minutos, un par de mucamas pasaron por el corredor saludándolo, ya preocupado tomó la decisión de entrar, el sol ya se colaba por la ventana, por lo que la pequeña se cubrió hasta la cabeza con la manta.

- Nimona, -soltó una risa al escuchar como esta se quejaba- Ambrosio se fue, volverá en un par de días, -quitó la cobija de la chica para recibir un almohadazo en la cara- ¡oye!

- Es demasiado temprano... -gruñó enderezándose.

- Vamos a comer, tengo planeado un día fuera del castillo, -revolvió el cabello rosado de Nimona para luego volver a la salida- seguro tienes hambre.

Solo bastó mencionar comida para que se pusiera de pie, siguiéndolo hasta el enorme comedor, en donde tenían preparado el desayuno habitual del pelinegro.

- Sir Ballister, huevos escalfados con crema de espinacas y frutas. -la encargada de la cocina, Charlotte saludó con una sonrisa- ¿Ella es Lady Nimona?

- ¿Qué quién? -preguntó ella confundida al sentarse junto a su jefe.

- ¿Qué desayunará?

- ¿Pizza? -preguntó emocionada.

- Prepárale lo mismo que a mi, -la mujer castaña asintió- gracias, Charlotte.

Nimona se sentía abrumada, tantos cubiertos, música lenta que daba sueño, tantas personas preguntándole a Ballister sobre la academia y sus futuros integrantes. El punto bueno era la comida, aunque se veía extraño todo sabía muy bien, por lo que devoró el contenido en su plato muy rápido, mientras jugueteaba con los tenedores sobrantes Bal termino y estaba listo para salir.

- ¿Qué haremos?

- Buscaremos cosas que te gusten para tu habitación, al volver mis cosas ya no estarán y serás libre de decorarla a tu gusto. -el pelinegro acomodó su chaqueta blanca.

- ¿Y qué se supone que pondré? -preguntó siguiéndolo de cerca, al salir del palacio llamaron la atención- B-Ballister...

- Tranquila, -susurró él posando una mano sobre su hombro- no pasará nada malo.

Aún temerosa, la pelirosa siguió al mayor de cerca, intentó relajarse al entrar a un bazar, donde comenzaron una búsqueda de cosas para ella entre juegos y bromas. Ballister le aseguró que no debía preocuparse, quería que se sintiera cómoda, por lo que luego de llevar mantas, ropa y cosas de higiene a petición del mayor pararon frente a una tienda de pintura.

- Te gusta dibujar, así que imaginé que te gustaría pintar tu cuarto.

- ¿Puedo...? -la emoción salía de sus poros, en cuanto el pelinegro asintió ella entró a la tienda emocionada buscando latas de aerosol- ¿Cuál es el límite?

Ballister pareció pensarlo un poco mientras veía las latas- Nada sangriento, negativo ni ofensivo.

- Sobreviviré. -retomó su búsqueda de colores, en el lugar también tenían luces y algunos muebles, por lo que con ayuda buscaron unos cuantos.


Ballister le pidió a un par de mozos del castillo que llevaran las cosas a la habitación de Nimona, ya que ellos volverían luego, siguieron caminando por el pueblo en busca de algo para almorzar, y siguiendo el gusto de la pequeña encontraron un lugar de pizzas.

- ¿No es extraño para ti? -preguntó ella al darle un mordisco a la pizza- todo esto de la realeza y ser tan... -frunció el ceño al ver como comería Bal.

- ¿Qué? -preguntó inocente tomando tenedor y cuchillo, la pequeña alzó una ceja de forma sarcástica- ah... te refieres a los modales y eso...

- En la guarida no tenías que hacerlo... comías la pizza con las manos, -alegó extrañada- como yo...

Ballister dejó los cubiertos para enderezarse- Cuando Ambrosio tomó el cargo de rey se vió afectado por mi, yo no soy de una familia noble, y al no tener nada en a mi favor... casi no le permitían ser rey, así que decidí cambiar un par de cosas, por amor.

- ¿Y lo vale?

- Completamente, -aseguro él dejando una sonrisa suave en sus labios- Ambrosio es una de las mejores cosas que han pasado en mi vida, y estoy dispuesto a apoyarlo en lo que sea necesario.

Todo esto dejó a la pelirosa pensado, Goldenloin la aceptó en cuanto regresó, fue amable, le dio una habitación y un obsequio, nunca nadie -excepto Ballister- la había tratado así, lo único que la mantenía alerta, era saber que él era descendiente de Gloriana, ¿Y si él se volvía contra ella como en el pasado lo hizo la rubia?

De camino al palacio, siguió con aquel pensamiento en su mente, ¿Acaso Ambrosio dejaría de ser rey por ella? No tenía modales, al menos no todos, era desordenada, solo un poco grosera y su imagen no era la mejor.

¿Tal vez era hora de... un cambio?






Disculpen el retraso, tuve que llevar a mi hermana por el súper y a recoger un paquete, se me fue la hora.

Se les quiere <3

¿Nuestra hija...?          Nimona [Ambrosio x Ballister]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora