𝔽𝕦𝕖𝕣𝕒 𝕕𝕖𝕝 𝕞𝕦𝕣𝕠

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Ya en su tercer día fuera del muro, Ambrosio visitó los poblados cercanos para ofrecerles apoyo, desde el inicio, aseguró que no quería gobernar sobre ellos, solamente les ofrecía todo aquello que no tuvieran a cambio de comercio justo, de dos poblados solamente uno aceptó el comercio. A cambio solamente pedían educación para los niños y medicinas a las que no tenían acceso, con poco tiempo de exploración, el pueblo estuvo en paz con los visitantes del reino, Ambrosio se encontraba con la líder del pueblo, una mujer de cabello dorado, ojos cafés y piel canela.

Discutían sobre la construcción de escuelas, ya que la mujer pedía que su hijo y los demás niños del lugar lo merecían.- Debemos buscar una ubicación accesible a todos.

- Podría ser al lado del rio, -señaló el mapa en la mesa- está cruzando el mercado y al parecer, todas sus caminos son seguros para los niños.

- Una gran idea, -alagó al enderezarse- tal vez durante su próxima visita pueda estar acabada.

- Los materiales para construcción se enviarán en cuanto yo llegue a mi pueblo, -recogió el mapa para guardarlo en la bolsa que llevaba al hombro- ha sido un honor, Forseti.

- El placer es mío, su majestad. -hizo una reverencia en respeto al monarca.

- ¿Altercados con los ladrones de la semana pasada? -preguntó el rubio mientras se dirigían al mercado.

- No han vuelto, sin embargo me preocupa que vuelvan, -agregó con un semblante oscuro- agradecemos las armas que nos has brindado, pero somos granjeros, no guerreros.

- Comprendo... -susurró este al dirigirse a su guardia- Todd, ella es Forseti, líder de esta aldea.

- Señora. -el caballero ofreció un saludo.

- Tú y la guardia estarán resguardando el pueblo, han habido robos desde que iniciamos las exploraciones, -entrego a Forseti un dispositivo de comunicación- con esto podrás alertar a la guardia en cualquier lugar.

- Majestad, -interrumpió Todd- no lo contradigo, pero no podemos dejarlo volver sin escolta.

- Todd, estuvimos en la misma brigada, -descolgó la capa en sus hombros para dejar a la vista su armadura y espada- podré cuidar de mi mismo hasta nuestro reino. Pero ustedes deben quedarse y proteger a estas personas.

- Como usted ordene.

Minutos después de dar aquella orden, Ambrosio buscaba en el bazar obsequios para su familia, a Ballister le llevaba aceites con aroma fresias y miel, aromas que le fascinaban a su pelinegro, a Nimona se le ocurrió llevarle algunos caramelos artesanales del pueblo, una vez listo se dispuso a volver, tomó un speeder simple para no dejar a los guardias sin vehículos apropiados para ellos.

Todo fuera del muro era diferente, pero cuando creces siendo aislado al explorar el mundo te maravillas con las cosas más simples, y eso motivó al rubio para sus expediciones. No había tanta distancia entre el pueblo y su reino, apenas una hora de camino en vehículos.

Al adentrarse al reino fue recibido con amabilidad, un grupo de guardias lo esperaba para acompañarlo al castillo, llegaba justo a la hora del almuerzo, su primera parada fue su habitación, necesitaba un baño después de tres días de viaje, no que le molestara tomar un baño en el río, pero su guardia se lo impedía siempre por su seguridad.

Soltó un suspiro encantado al sentir el agua recorrer su cuerpo, disfrutó su rutina de baño habitual para luego permanecer bajo el agua templada por un rato, sonrió de forma maliciosa al sentir las manos de Ballister acariciar su espalda mientras sus labios recorrían su cuello sin vergüenza alguna.






Valió la pena esperar volver a casa...





Se les quiere <3







Nota que se me olvidó poner.
Ahora que ya aclaramos que este no es un Omegaverse, ¿les gustaría un poco de +18?
Siguiendo desde el final de este capítulo o ¿seguimos y esperamos a hacer más especial el momento?

¿Nuestra hija...?          Nimona [Ambrosio x Ballister]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora