𝕄𝕒𝕥𝕥𝕖𝕠 𝔼𝕤𝕥𝕣𝕒𝕕𝕒

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Sin duda la lluvia de la noche anterior no era más que un mal augurio, las noticias informaban que era un huracán que marcaba el inicio de invierno, se recomendaba estar resguardados. La academia había abierto un refugio para aquellos que más lo necesitara. Los nuevos cadetes trabajaban junto a Ambrosio y Ballister.

- Todos aquellos que necesiten asistencia médica, por favor, preséntense con Sir. Ballister, -Nimona colocaba cajas con víveres sobre una mesa con ayuda de Iris y Troy mientras los altavoces repetían el mismo mensaje- si necesitan víveres, diríjanse a su majestad, Ambrosio. Los nuevos cadetes servirán comida para ustedes, por favor, no salgan.

- Está lluvia no tiene piedad, -se quejó el castaño sirviendo té, la mujer que lo recibió agradeció al chico- no ha parado en horas, apenas se distingue que es de día.

- Ya ni siquiera podré irme a casa. -la morena servía sopa a los niños y adultos que pedían cenar, todo transporte había sido deshabilitado.

La pelirosa suspiró abrumada, por lo general le gustaban los días lluviosos, pero gracias a la tormenta no podían seguir con sus prácticas, además se sentía afectada por la pesadilla que la asustó la noche anterior. Cada cierto tiempo buscaba con la mirada al último caballero, que ofrecía bollos rellenos a ancianos con una sonrisa, de esa forma hasta se veía normal, ¿Por qué los vió de aquella manera días anteriores? Soltó un grito al escuchar como un cristal de estrellaba detrás de ella. Iris había votado una jarra.

- ¡Cuanto lo siento! -gritó apenada levantando los trozos, cortándose las manos en el proceso, la detuvieron otras dos chicas para ayudarla- ¡hice un desastre!

- Tranquila, -la pelirosa tomó su hombro para acompañarla al baño y lavar sus manos- ¿No deberías ir mejor al ala médica?

- Necesito lavarme las manos, -susurró adolorida, al llegar hasta el corredor caminaron asustadas oír los rayos- no me tardo.

- Okay... -susurró dejándola entrar sola mientras revisaba su celular, recibiendo un mensaje de Ballister- ¿Te molesta si vuelvo al salón unos minutos?

- Adelante, -habló en voz alta, se escuchaba el grifo abierto de fondo- no tardaré mucho.

Sin dar respuesta, Nimona corrió de vuelta al salón, buscando al pelinegro por el lugar, al no verlo en su sitio fue con Ambrosio para encontrarlos juntos, discutiendo sobre algo en voz baja. Al verla dejaron de hacerlo.

- ¿Como va todo? -preguntó el moreno sacando conversación.

- Bien, las personas están algo asustadas, -susurró viendo alrededor- espero la tormenta pase pronto.

- Sobre eso... -inició el rubio- me temo que la tormenta solo empeora, el pronóstico dice que durará unos días... las personas aquí se quedarán, armaremos un albergue de emergencia, por lo que... queríamos preguntarte si quieres quedarte con tus amigos o venir con nosotros al palacio.

La chica ni siquiera lo dudo, pidió permiso para que sus dos amigos se quedaran con ella en su habitación, a lo que Bal accedió con ayuda del rey, por lo que corrió al baño en busca de su amiga, pero se detuvo en seco al ver como ella era retenida contra la pared por cierto chico de ojos azules y cabello crispado azabache.

Sin pensarlo dos veces se lanzó contra él, alejándolo de la ojiverde.

Matteo estaba cruzando el límite.




¡¡¡¡Buenas noches!!!! Disculpen me por favor, el día de hoy fue un caos, no pude terminar la mudanza y me atrasé con el capítulo. Espero les guste y que mañana pueda subir el capítulo diario sin problemas.

¡Se les quiere <3!

¿Nuestra hija...?          Nimona [Ambrosio x Ballister]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora