𝕊𝕦𝕕𝕠𝕣

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La pelirosa recordaba correr, saltar y trepar con más facilidad siendo cualquier otra forma que haciéndolo como humana, Ambrosio había preparado el circuito de entrenamiento que uso el durante su juventud, estaba en el jardín detrás del castillo justo frente al muro, ese lugar se había vuelto frecuente en el día a día de la pelirosa, ahora más que nunca intentaba mejorar su tiempo, Ballister tenía el mejor en completarlo, sumando a eso la presión de solo tener dos días antes del gran evento.

- ¿Te has detenido a beber agua? -preguntó el rubio saliendo con su armadura puesta.

- Lo haré cuando mejore mi tiempo. -salió del colchón de espuma para iniciar de nuevo.

- Con un par de vueltas más te vas a desmayar, -tomó un botellón violeta junto al teléfono de la chica- debes cuidarte a ti misma para cuidar a otros.

Aceptó detenerse un momento mientras se sentaba en el césped, tan sedienta se encontraba que ni siquiera notó cuando se terminó el agua, bufó molesta al ver su "mejor tiempo" el cual era siete segundos más lento que el del pelinegro.

- ¿Ya intentaste...?

- Evitar distracciones y tomar impulso en el descenso, sí, ya lo intenté. -se dejó caer para ahora ver las nubes- ¿Cuantas veces fallaste al principio?

- A ser sincero, tres, -comentó el rubio imitando a la chica- pero recuerdo que también me obsesioné con el tiempo perfecto de Bal. Era tan rápido y ágil...

- ¡A penas y puedo acercarme a su tiempo! -se quejó alzando las manos- ¿Estás seguro que no es un robot?

- Muy seguro, -comentó recordando las veces que pensó lo mismo- lo que sucede es que Bal pelea por instinto, actúa sin pensar más de lo necesario, siempre que alguien iba a descubrir que nos escapábamos por la noche, él encontraba una forma divertida de escapar.

La pelirosa continuó en el suelo sin comprender, por lo que Goldenloin se puso de pie para levantarla. Posicionándose en el punto de partida.

- ¿Y que haremos?

- Vamos a intentar divertirnos.

Una vez dicho eso, presionó el botón de inicio para comenzar a correr mientras evitaban ser golpeados por balones, se deslizaron por una pendiente pegajosa y luego columpiarse hasta un desnivel que tenía guantes de goma para lanzarlos fuera, evitando eso, siguieron recorriendo el circuito sin ver el temporizador hasta la última prueba, en donde tomaban una espada, peleaban contra caballeros de madera e intentaban salvar a un gato atrapado en un árbol.

- Está última prueba es demasiado tonta, -se quejó la pequeña acabando con los caballeros- ¿por que impedirían que bajemos a un gato de un árbol?

- Nada se puede dar por sentado, -Ambrosio peleaba mano a mano contra una armadura boxeadora- de ahí las ideas extrañas sobre este circuito.

Dentro del castillo, Ballister buscaba a su familia para enseñarles el nuevo traje que usaría como director, un traje blanco, portando su espada y una camisa azul cielo, en cuanto llegó al jardín, se encontró con una escena adorable. Nimona y su amado rubio celebraban haber completado el circuito de prueba en un tiempo menor al suyo.

- ¡Bal, ven aquí! -gritó Ambrosio mientras sonreía y abrazaba a la chica- ¡Nimona rompió tu récord!

- ¿Viste, viste, viste? -la peligrosa comenzó a cambiar en varios animales por la emoción- ¿Viste lo que hice?

- Claro que lo ví, -exclamó el pelinegro feliz- estuviste increíble, pequeña.

Ver a sus -casi- padres orgullosos le levantó el ánimo, semanas atrás estaba demasiado asustada para poder creer en si misma, pero ambos la ayudaron mucho a evitar ese miedo. Ballister y Ambrosio se abrazaban mientras ella revoloteaba a en forma de ave, deteniéndose para volver a su forma humana.

- Saben, esto amerita un helado.

Una vez dicho eso, Nimona recogió sus cosas para volver adentro, fueron a la cocina por helados y luego ir al techo, en donde estuvieron conversando.

- ¿Fuiste a tomarte medidas para tu armadura? -preguntó el rubio terminando su helado.

- Sip, mañana me la entregarán. -aseguró la pequeña recostada en la barandilla.

- Supongo que tendremos que esperar a verla hasta el día de las pruebas. -comentó Bal curioso- me dijeron que no podíamos verla.

- Será una sorpresa. -susurró la chica con una sonrisa.

Había pasado días diseñándola hasta que tomó una decisión, pero esperaba que al sus -casi- padres les gustara.

Por fin, se sentía lista.




Se les quiere <3

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¿Nuestra hija...?          Nimona [Ambrosio x Ballister]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora