¡Advertencia, este capítulo contiene material +18 años, por lo que si no tienes esta edad y/o no estás siendo supervisadx no me hago cargo de sus consecuencias!
Ahora si sigamos.
- ¿Cómo pudiste volver sin tu escolta? -preguntó Ballister ahora deslizando sus manos hasta el pecho de Goldenloin.
- Ese pueblo ha sufrido muchos asaltos, -comentó girándose para ver el rostro preocupado de su amado- Todd y mi guardia se harán cargo de mantenerlos a salvo. No te preocupes.
- Pues me preocupo, -afirmó apoyando su frente en el pecho ajeno- pero ya estás aquí... -sus manos volvieron a deslizarse ahora al cuello del rubio para sostenerse en un abrazo necesitado.
- Y si mal no recuerdo... -comenzó a besar su cuello dejando pequeñas y sutiles mordidas- tú, prometiste algo...
Ballister gemía al sentir su cuello siendo atacado con una lentitud que lo estaba volviendo loco, inconscientemente comenzó a mover su cadera en busca de fricción soltando un jadeo al sentir ambos miembros chocar entre sí, Goldenloin tomó los glúteos de Bal para acorralarlo contra la fría pared de mármol, mientras Bal soltaba quejidos amortiguados por la lluvia artificial sobre ellos, Ambrosio apoyó una mano al lado del rostro de su novio mientras sujetaba su cintura con cariño para devorar sus labios.
- Por favor... -se quejó el moreno sintiendo como su interior pedía a gritos atención- amor...
- ¿Qué sucede, lindura? -cuestionó el rubio ahora jugando con los pezones de su novio- ¿quieres algo?
- Hazme el amor... -susurró agónico acariciando el rostro Goldenloin.
Soltando una risita arrogante, llevo una mano a su miembro ya erecto y listo para hacer delirar al pelinegro, mientras este otro alcanzaba una botella de lubricante para suavizar su entrada, una vez alineado, Ambrosio unió sus frentes cuando comenzó a entrar.
- ¡Carajo! -gimió al tocar fondo haciendo que su pareja temblara- Bal... estás tan suave.
- Amor... -el pelinegro aún estando contra la pared inicio un suave vaivén apretando su interior- te extrañé tanto.
- Y yo bebé... -unió sus labios saboreando a Bal en su totalidad.
Si algo disfrutaban, era los gemidos del otro, no necesitaban hablar, solamente sentirse mutuamente mientras se hacían uno mismo. Ya cerca de su orgasmo, ambos gemían sin control, Ballister se sostenía con fuerza de la espalda del rubio quien lo separó de la pared para cargar con él y seguir golpeando su cadera sin piedad, sintió las uñas del pelinegro clavarse en su espalda, no lo culpaba, él seguro dejaría marcas en la cintura y caderas.
Al llegar a la cúspide del momento, Ambrosio soltó un gemido largo dando embestidas suaves, Ballister soltaba quejidos bajos deshaciéndose en los seguros brazos del rubio. Apagó el grifo para salir de la ducha, dejó su novio en el meson del baño para ponerse su bata.
- ¿Te sientes bien? -preguntó acariciando su adormilado rostro, al abrir sus ojos vio que tenían pequeñas lágrimas de placer aún sin salir.
- Te excediste... -se quejó el pelinegro poniéndose la bata.
Sonrió tomando una toalla pequeña para secar su cabello, quitó la parte superior de la bata para amarrarla a su cintura. Una vez seco su cabello se giró para ver a Ballister bastante sonrojado. Tomó su cintura para llevarlo a la cama.
- Cámbiate, bebé, es hora de almorzar, -lo dejó caer sobre el suave colchón para luego abrir su armario y escoger algo cómodo- ¿Cómo ha estado Nimona?
- Bien, -respondió quitándose la bata y buscando que vestir también- terminó de decorar su habitación ayer, y ha estado entrenando conmigo para las pruebas.
Todo estaba yendo muy bien.
¿Les gustó? Hubo un momento en el que me puse a reír, yo escribiendo con inspiración y justo me llama mi tía para preguntar algo. O-O
Se les quiere <3
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¿Nuestra hija...? Nimona [Ambrosio x Ballister]
FantasiaCon la paz reinando, Ambrosio Goldenloin tomó el cargo de Rey, siendo el siguiente en la línea, Ballister fue nombrado director de la academia, quien se negaba luego de lo sucedido en el reino. Juntos buscaban crear una nueva guardia de caballeros...