Buenos Recuerdos

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Otro jueves llegaba y otra vez San perdido detrás de la barra, esperando ver a su lindo ángel con su habitual carriola, mientras Jongho sonreía divertido porque San no podía hablar de otra cosa que no fuera ese solitario omega.

Yeosang entró, esta vez sin la carriola, sólo con la bebé en brazos. No tomó a nadie por sorpresa, no llamó la atención de ningún modo y no hizo demasiado ruido. San pudo ver de inmediato que el omega lucía un poco gris cuando miraba los adornos navideños en el local, era normal, esas fechas y ese clima solía deprimir a la gente después de todo.

Se acercó mientras Yeosang se quitaba el abrigo y dejaba ver un grueso suéter debajo, le quitó las cobijas a Hana y la sentó en su regazo como habitualmente hacía. La niña también se veía ligeramente más tranquila que de costumbre.


—Bienvenido —saludó San

—Hola, lo mismo de siempre —dijo Yeosang sin despegar la vista de un pequeño pino navideño que adornaba la mesa

—Si te gusta...

—De ningún modo


Yeosang hizo a un lado el adorno y se concentró en su bebé.


—Hace frío afuera, ¿Te gustaría cambiar la malteada por un chocolate caliente de temporada?


Yeosang guardó silencio.


—Te aseguro que es mejor que el Latte de aquella vez

—Confiaré en ti


San se sintió superior cuando recibió esas palabras del omega, se sentía bien, después de todo, estaba interesado en él. Jongho comenzó a preparar su pedido en cuanto San se lo pidió y en cuanto estuvo listo, lo llevó a la mesa.


—¿No es extraño que la primera nevada no ocurriera aún? —dijo colocando con cuidado el chocolate y la tarta de siempre

—No sé lo que es extraño

—Es un momento muy esperado por todos

—Supongo que a Hana podría gustarle la nieve

—Es porque ella no la conoce, ¿Cierto?

—Cierto


Yeosang sonrió amable al hombre que le hacía plática mientras le daba un poco de crema batida con el dedo a la bebé.


—Pero tú no esperas la primera nevada del año, ¿Verdad?

—No realmente


San se sentó justo en la silla vacía frente a Yeosang, sintió curiosidad por escuchar sus razones, pero Yeosang no dijo nada aunque notó que el otro ya se había acomodado, dejando la charola a un lado.


—La primera nevada es importante porque marca el inicio de algo bueno

—¿El frío?

—También el frío


Yeosang le dio un sorbo al chocolate caliente.


—No te preocupes, Hana y yo seguiremos viniendo aquí después de eso porque no dejaré de lado nuestra cita de los jueves

LOVE || SanSangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora