Bajo su sombra

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Los días eran tediosos y pasaban lento, especialmente mientras Yeosang esperaba la tan "anhelada" visita de sus suegros. Pensar en esa mujer estudiando su hogar y a su bebé, lo hacía sentir incómodo, porque no es como que intentara ocultarlo, pero sabía que ella se daría cuenta de que Hana no llevaba la sangre de los Choi desde el momento en que la viera, si no es que Wooyoung ya les había contado antes y ellos sólo quisieran asegurarse con sus propios ojos.

Pero aunque pensara demasiado en ello, no había nada que pudiera hacer porque San se estaba comportando de forma rara, pidiéndole sólo aceptar las cosas que la mujer le imponía, todo por su afán de no pelear ni llevarle la contraria.

Pero su suegro era otra cosa, y tal vez estaba siendo un poco duro con él porque había sido amable desde el inicio y hasta el final de su reciente visita. Aún así, la presencia de ambos alfas era imponente y no sabía si quería seguir conviviendo con eso o por cuánto tiempo lo soportaría, incluso si San se lo seguía pidiendo.

Estaba molesto, pero el timbre del intercomunicador lo obligó a salir de sus pensamientos y volver a la tierra. Ellos ya habían llegado.


—Estaremos bien —San le dio un beso en la frente, dejándole a la niña para poder abrir la puerta y recibir a sus padres— sólo es una formalidad


Fue hasta ese preciso instante cuando notó que San no usaba su anillo de compromiso. No hubo tiempo de preguntarle al respecto porque ya se dirigía a abrir la puerta del departamento para encontrarse con su padre.

Al entrar, el alfa mayor abrazó a su hijo y le entregó una pesada bolsa con un discreto moño blanco, un regalo llamativo que no tenía marcas ni etiquetas visibles, pero que sabía, sería algo absurdamente caro. Su madre entró después, pero ella sólo le dio un par de palmadas en el hombro a modo de saludo.

Así como con San, el hombre saludó cariñosa, pero cuidadosamente a Yeosang, mientras se volvía un poco suave con la niña que sus ojos veían, y el omega lo notó.


—¿Hana?

—Sí —sonrió tiernamente Yeosang tomando una de las manitas de la bebé— Ella es Hana

—¿Crees que puedo sostenerla?


De pronto las cosas ya no parecían tan malas cuando vio la forma cariñosa en la que el hombre reaccionaba, y la interacción lo hizo pensar en los tiempos en los que San le pedía permiso para poder cargar a Hana, ellos definitivamente se parecían más de lo que podían aceptar.


—Adelante —se acercó, pasando a la niña entre sus brazos

—Ella es tan pequeña —la sostuvo con toda la delicadeza que sus manos le permitieron

—Y callada — dijo la mujer, junto a su esposo— Eso es bueno

—No es callada, sólo es tímida con las personas nuevas


Hana no sonreía como de costumbre, de hecho mordisqueaba una de sus manitas, pero en cuanto su abuelo la saludó tan de cerca, ella se derritió, y no puedo hacer nada más que sonreírle de vuelta, tratando de tocar el rostro del hombre. Quizás por el gran parecido que poseía con San, o quizás era su energía, en realidad lo único que importaba era que la actitud de la niña cambió por completo en ese instante.


—Mira a esta pequeña princesa —le sonrió


LOVE || SanSangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora