XIII

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-¿Ya terminaron de pelear? -Shen Qingqiu se volvió a recostar mientras se abanicaba, aburrido porque ningún demonio iba a atacarlo a él por órdenes de Su Binghe Jun.

-¡No, shidi, no te preocupes por nosotros! -respondió Yue Qingyuan, preocupado porque la tierra levantada fuera a molestar a Shen.

-No me preocupo, ustedes hacen que todo sea irrelevante.

Como estratega del grupo él debía dar directivas del rumbo a tomar para ganar la batalla con eficiencia y sin derramar sangre de más, pero estaba ocupado pensando qué hacer para molestar a los otros.

-¡Por favor, basta todos! -Su XiYan no pudo soportarlo más y se abalanzó sobre el campo de batalla, levantando los brazos y buscando a su familia entre el mar de demonios y cultivadores -¿No hay suficiente drama ya en mi vida por convivir con Binghe y sus travesuras para lidiar también con estas consecuencias graves de su comportamiento? Fui la mejor cultivadora de mi generación, la más ágil, audaz, fuerte e inteligente. Obtuve menciones de honor, gané suficientes premios, creí que estaba preparada para la gran aventura de ser madre pero esto... Jamás una travesura de Binghe había llegado tan lejos ¡Nosotros tres no podemos evitar ser influenciados por su halo de protagonista pero todos ustedes...! ¡¿Por qué lo obedecen como si su palabra fuera una orden oficial de Tianlang Jun?! ¡Binghe solo tiene ocho años! ¡Por supuesto que no debiste hacerle caso cuando te dijo que Tianlang había hablado mal de los demonios de hielo, MoBei Jun! ¡Te mintió! ¡Por supuesto que no debiste escucharlo cuando te dijo que Tianlang había hablado mal de Bai Zhan, Liu Qingge! ¡También te mintió! ¡No sabemos de dónde heredó eso! ¡Zhuzhi es un amor!

-¡Si, lo es! -exclamaron todos.

-Estamos cansados -Tianlang Jun asintió casi con orgullo, mientras abrazaba a su esposa -Él es muy pequeño pero demandante y desgastante, incluso más que yo. Mi sobrino Zhuzhi de niño era muy aplicado y abrazó la causa demoníaca con fervor. Eramos una familia unida, mi Xiyan y yo creímos que un hijo nuestro fortalecería el legado de los demonios celestiales. Nos equivocamos grandemente, aún así lo amamos pero le tememos.

-Entendemos, tu hijo es indomable -Yue Qingyuan asintió, él conocía cuan rudos podían ser esa clase de niños. Él se había criado con uno.

-Algun día heredará mi puesto -continuó Tianlang Jun -No sabemos en qué se convertirá el mundo entonces.

-En polvo -lloró Su Xiyan en su hombro.

Shen Qingqiu pensó que eran muy exagerados.

Zhuzhi Lang dio un paso al frente para brindar su testimonio. Todos se sentaron para mirarlo mejor pero Liu Qingge permaneció a su lado.

-Cuando Binghe nació, la luna demoníaca se prendió fuego y cayó en forma de lluvia sobre muchos pueblos matando a todo ser viviente en él. Mientras yo daba parte a mi tío sobre esto, Binghe estaba en sus brazos y sonrió. Cuando aprendió a hablar lo primero que le dijo a mi tío fue "Te mataré" y cuando aprendió a caminar lo primero que hizo fue intentar prender fuego el palacio donde vivíamos. Dijo que era demasiado grande para una familia de cuatro y nos mudamos a una casa de campo. Él se calmó un poco pero aún parece insensible a lo que sienten los demás. Solo ha mostrado respeto y compasión por mí y una anciana lavandera a la que llama "nana" y mantiene con sus domingos. Y solo hay una persona en este mundo que parece encantarlo al punto de darle la espalda a su propio pueblo y llevarlos a la guerra solo para verlo, y ese es Shen Qingqiu.

-¡Shen Qingqiu, te hablan!

-Yo no escucho razones, soy muy feliz como estoy ahora -respondió.

-¿Y los amigos de Binghe?

-Esos son los hijos y herederos de los clanes Sha y Mobei aquí presentes. A Binghe les cae bien la mayoría de las veces pero también es un peligro para ellos. Podría matarlos jugando, él no es capaz de medir su propia fuerza. Y eso solo desataría el caos entre los reinos demoníacos que hemos convivido en paz durante los últimos quinientos años, excepto el leve periodo en que mi abuelo perdió la cabeza y tuvo que ser acomodado bajo tierra por mi tío.

-Entonces es hereditario -confirmó Shen Qingqiu, que pareció interesado a pesar de su cara de desinterés.

Yue Qingyuan se reunió con los otros diez señores de Pico.

-Entonces lo que ustedes están insinuando de la forma más rebuscada posible es que el único que puede amansar la voluntad de su hijo Su Binghe Jun, el demonio infante es ¿Shen Qingqiu?

-No queríamos insinuar nada, solo intentamos arreglar esto.

Todos miraron a Shen Qingqiu pero éste los ignoró epicamente mientras se limaba las uñas.

-Podríamos llegar a un acuerdo, solo podríamos intentar trabajar del mismo lado por el bien de ambos reinos. No queremos que el futuro santo celestial se convierta en una bola destructora de universos. Conocemos el carácter complicado de las personas así.

-Conocimos una persona así cuando éramos discipulos -agregó Qi Qingqi.

-Creimos que nos odiaba hasta que descubrimos que nos protegía de maneras muy extrañas aunque nos ponía en peligro la mayoría de las veces -Wei Qingwei habló.

-Es un gran maestro, frío y calculador, sin sentimientos pero querible, estratégico hasta el mínimo movimiento, insensible como una piedra, compicado, cansador pero valiente -Mu Qingfang señaló a su shixiong más irreverente -Y ese es Shen Qingqiu.

Liu Qingge hizo una señal de confirmación y Zhuzhi comprendió. Se acercó a Shen Qingqiu (solo él podía hacerlo sin recibir un abanicazo como respuesta) y le rogó en palabras muy discretas:

-Por favor, Shen Qingqiu, ¿podrías tomar como tu discípulo a mi primo Su Binghe Jun? Solo tú puedes obrar sobre él. Sálvanos.

Shen Qingqiu miró la túnica de Bai Zhan que Zhuzhi estaba usando y respondió:

-¿Qué le viste a ese bruto, Zhuzhi Lang? Creí que tus estándares eran altos

-Un momento, un momento -volvió a interrumpir MoBei Jun. Todos pusieron los ojos en blanco.

-¿Qué culpa tiene Su Binghe Jun de las calamidades matemáticas que el excelentisimo señor de An Ding inculcó a mi hijo MoBei junior?

Shang Qinghua se adelantó para quedar cara a cara con el demonio albino.

-Tu hijo estaba ayudando a Su Binghe Jun a provocar problemas en Cang Qiong porque ese era el nombre que tu hijo había escogido para bautizar su hámster. Yo solo lo estaba educando para que fuera más inteligente que un simple lacayo.

-Eso explica porque él no quería que te atacara.

-Es un buen niño, le haría un favor dejar de decirle que es prescindible y que puede hacer otro hijo para reemplazarlo si se muere.

MoBei Jun tomó nota de eso y lo agradeció. Todos volvieron a ponerse de pie esperando una respuesta oficial de Shen Qingqiu.

-No me jodan -agregó él.

Las aventuras de Binghe, el demonio infanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora