XV

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Zhuzhi se despidió de Binghe desde la puerta de la casa, no quería acercarse a Cang Qiong y pensar dolorosamente en Liu Qingge, pero cuando sus tíos desaparecieron en el horizonte con el pequeño Binghe saltando como una rana feliz, tuvo el presentimiento. Cerró la puerta y cuando la volvió a abrir, el dios de Bai Zhan estaba frente a él con el rostro adusto mirándolo con esos escrutadores ojos de ensueño.

Zhuzhi fue muy feliz después de eso.

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-Hijo -Tianlang Jun sentía las piernas flaquear por la emoción. Amaba a su hijo y éste era un paso muy importante en su desarrollo espiritual -Shen Qingqiu fue muy magnánimo al aceptarte como discípulo de Qing Jing. Compórtate, por favor, haz que nos sintamos orgullosos de...

-Si, papá, ¿se pueden alejar de mi? No quiero que mis compañeros me vean cerca de ustedes, gracias.

Se adelantó unos pasos y Tianlang se volvió hacia su esposa:

-Xiyan, ahora es cuando, huyamos ¡Ahora es problema de Shen Qingqiu!

Parecía eufórico pero ella no le correspondió.

-Tianlang, no estoy arrepentida pero no puedo ser feliz si no sé como le va a ir a nuestro bebé. Los humanos podemos ser muy crueles y él nunca ha estado entre humanos. Los sentimientos son muy difíciles de expresar. Como madre, siento que él es muy sensible cuando se trata de entender...

-¡Mamá, les dije que se alejaran!

-¡Binghe, no nos tires piedras!

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Binghe no podía caber en sí de felicidad. Una vez que sus padres le permitieron dar sus primeros pasos en territorio de Cang Qiong, todo le pareció irreal pero de ensueño.

Después de atravesar la entrada de Qing Jing, echó a correr ignorando los llamados de atención de los humanos corrientes, directo al salón principal donde estaba previsto que Shen Qingqiu diera clases de poesía china a sus estudiantes.

Allí estaba, tan hermoso y altivo y puro. Binghe sintió la luz y las energías cósmicas girando en torbellino alrededor de ambos.

-Shizun, por fin puedo verte, he estado pensando en ti desde...

-Ya, cava.

-¿Qué?

-Que te pongas a cavar presto, no te tardes, no tengo todo el día. Bueno, si lo tengo, pero nadie me manda.

-Shizun ¿qué tengo que cavar?

-El suelo ¿no es obvio? No eres el Su Jun más inteligente.

-Pero esto es piedra ¿cómo voy a...?

-Eres mitad demonio, tus uñas son más fuertes. Sería muy injusto que te hiciera cavar tierra como al resto de mis discípulos. Ellos son humanos y tú, no. Lo siento pero no lo siento. Esto es así aquí y en América.

Luego se dio media vuelta y lo dejó.

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Zhuzhi no logró entender mucho de lo que el dios de Bai Zhan habló pero antes que pudiera decir "esta boca es mía", ya la había usado con Liu Qingge de formas que nunca antes se le hubiera ocurrido.

-Estuve leyendo un libro, se supone que esto es así -le había dicho Liu Qingge y Zhuzhi estuvo de acuerdo con él en practicar pero cuando su tío regresó, no pareció estar muy de acuerdo con ello. Así que Liu Qingge habló y se entretuvo hablando más con Tianlang Jun sobre por qué Zhuzhi debía pasar temporadas en Bai Zhan puliendo su fuerza demoníaca y sus peculiares destrezas.

-Además así podrá vigilar mejor al diablo que dejaste suelto en Qing Jing.

Esto pareció ser suficiente para convencer a Tianlang Jun más no dejó que Zhuzhi los abandonara inmediatamente. Él y XiYan no querían quedarse completamente solos tan rápido.

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-¡Shizun, me tardé tres días pero lo hice! ¡cavé el suelo empedrado! -Binghe estaba muy orgulloso de sus logros.

-¿Y tú quién eres?

-Soy Su Binghe Jun, shizun.

-¿Estás en la lista? Yo no te recuerdo ¡YingYing! ¿sabes quién es este pelado?

-¡No, shizun!

-¿Ves? Ella no sabe y ella sabe todo.

-Ah, si... ese es el nuevo, shizun.

-YingYing, me hiciste quedar mal ¿ahora trabajas para Qi Qingqi?

-No, shizun.

-Vamos a hacer esto, Sunghe Bin Jun.

-Es Su Binghe Jun, shizun.

-Si, como no te vi cavar el pozo, empieza de nuevo. Nosotros nos vamos a comer helado.

Las aventuras de Binghe, el demonio infanteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora