Volumen 1 Capítulo 1: El Vínculo Roto

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Arco del Ascenso

El sol se ocultaba en el horizonte, tiñendo el cielo con tonos cálidos de naranja y rosa. Leonard se encontraba en las afueras del pueblo, observando cómo un grupo de huérfanos quienes en su mayoría eran sus amigos ,se preparaba para partir en una misión peligrosa y aparentemente suicida. Su corazón se llenaba de preocupación y compasión al ver a sus amigos enfrentarse a un destino incierto.

 Leonard se encontraba sentado en un rincón tranquilo de Luminara, observando el ajetreo de la ciudad desde su escondite. No había dejado de pensar en Clementine, en su partida abrupta y en la incertidumbre que rodeaba su paradero. La preocupación le pesaba en el corazón, y aunque sus amigos trataban de brindarle consuelo, no podían borrar sus temores.

Dos de sus amigos más cercanos, Raúl y Elena, se acercaron a él con gestos de apoyo en sus rostros. 

"Leonard, no te preocupes tanto", comenzó Raúl con voz suave. "Vamos a cuidar de Clementine durante la misión."

Elena asintió con entusiasmo. "Sí, te prometemos que la mantendremos a salvo. No te preocupes por ella."

Leonard les miró con gratitud, pero también con tristeza en sus ojos. "Chicos, aprecio su ayuda y su amabilidad, de verdad. Pero quiero acompañarlos, quiero estar allí para proteger a Clementine."

En ese momento, Clementine se acercó a ellos con una sonrisa suave en su rostro, ella era una joven de apariencia radiante y encantadora. Su piel canela emanaba una calidez natural, como el suave tono de la tierra bajo el sol. Su cabello, de un dorado suave como rayos de sol capturados en hebras sedosas, lo llevaba en una larga melena que enmarcaba su rostro y le daba un aire de dulzura y frescura. Sus ojos eran como gotas de miel, de un color cálido y brillante que destilaba una sensación acogedora.

Con una estatura media, Clementine tenía una figura esbelta y ágil. Su sonrisa era contagiosa, iluminando su rostro con un resplandor genuino que irradiaba positividad y energía. Vestía ropas cómodas y coloridas, reflejando su personalidad vibrante y llena de vida. Su estilo era una mezcla de prendas prácticas para la aventura y detalles elegantes que mostraban su atención por los pequeños detalles. Siempre llevaba consigo un colgante de piedra azul, un regalo de su abuela que consideraba como un amuleto de protección.

"Leonard, entiendo tus sentimientos, pero no puedes venir con nosotros. La misión será peligrosa y necesitamos asegurarnos de que estés a salvo aquí." Termino de decir Clementine.

Leonard abrió la boca para protestar, pero Clementine levantó una mano para detenerlo. "Confía en mí. Elena, Raúl y yo nos cuidaremos mutuamente. Regresaremos a salvo, te lo prometo."

Leonard observó con horror la escena que se desarrollaba ante sus ojos. El capataz, un hombre cruel y despiadado, latigueaba sin piedad a los niños inocentes que habían sido arrastrados a la caravana. Los llantos y suplicas resonaban en el aire, creando un coro de dolor y sufrimiento. Pero su atención se centró en una joven valiente que se negaba a ceder.

Sus ojos se encontraron con los de la joven mientras ella luchaba contra la opresión. Su cabello oscuro se enredaba en mechones desordenados, y su rostro estaba marcado por una mezcla de determinación y miedo. A pesar de la crueldad del capataz, no iba a ceder ante su abuso.

El capataz no mostraba piedad. Golpeó brutalmente a la joven una y otra vez, sin importarle sus súplicas y gritos de dolor. Leonard sentía un nudo en el estómago mientras observaba la escena, su corazón latiendo con impotencia y rabia. Quería intervenir, detener la crueldad y el sufrimiento que estaba presenciando, pero recordó las palabras de Clementine y sus amigos.

Se aferró a la figura de Clementine, recordando sus palabras de confianza y valentía. Ella le había suplicado que confiara en ellos, que no se uniera a ellos en ese momento. Sabía que si intervenía, podría poner en peligro la misión y la seguridad de todos. Pero no podía evitar sentir una mezcla de dolor y frustración, deseando poder hacer algo para cambiar la situación.

PUERTAS DEL EDEN - EL ASCENSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora