Una Pareja Dispareja (Ambrosius x Ballister)

8. ¿Qué estamos haciendo?. (Felación)

Alteración de los eventos ocurridos en la película "Nimona"

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-¡¿Por qué no me dejas en paz?!-

-Por qué te amo...- fue lo que dijo Ambrosius.

Él y Ballister se encontraban enmedio de una calle vacía, mientras Todd los observaba de escondido.

"Ese maldito traidor" fue lo que pensó el castaño al ver lo que sucedía.

Por eso lo había dejado escapar las otras veces, ese maldito presumido era gay, y no solo eso si no que estaba con el enemigo del reino, con el traidor que había matado a la reina y el estúpido pueblerino que había creído que podía superar a alguien como él.

Pero claro, el perfecto Ambrosius Goldenloin no era tan perfecto después de todo.

Vio como ambos compartían un fogoso beso mientras sentía ligeras nauseas al verlos de tal forma.

Vio como Ballister lo jalaba por el cuello a un callejón y temió lo peor.

¿Y si lo mataba como mató a la Reina? Si, el maldito de piel dorada era un estipido presumido de quinta que se creía mejor solo por ser descendiente directo de Gloriana, pero, no podía dejarlo morir, sería como dejar ganar al villano del reino, y él, Thoddeus Sureblade, no dejaba ganar a los villanos.

Cuando los siguió rápidamente al callejón quedó perplejo de ver al moreno de rodillas frente al rubio, gracias a la dirección desde donde veía todo, no le era posible saber que hacían exactamente, pero no le era necesario ver, porque con solo escuchar los sonidos que el más alto intentaba acallar y los movimientos de la cabeza de Ballister, no le dejaba dudas de que era lo que sucedía.

Todd con toda la cautela (y vergüenza) del mundo se alejo de ahí y decidió esperar a lo lejos a que Ambrosius se fuera para seguir a Ballister.

Pero, mientras tanto con los otros dos.

"¿Qué Carajos estoy haciendo?" Se preguntaba Ballister mentalmente, no lo podía creer. Debería estar en su "guarida" viendo como resolver el problema con Nimona, pero, ¡en su lugar, está arrodillado chupando el pene de su!... ¿novio? ¡Bua! Ya ni el lo sabe.

Solo sabe que extrañó mucho a Ambrosius... y por la forma en la que gemia su nombre y sostenía con delicadeza su cabello, sabía que él también lo había extrañado.

Quería que todo hubiera sido un sueño, que todo lo ocurrido solo fuera un sueño, que en cualquier momento regresaría a la realidad, a su habitación en la institución, en uno de sus encuentros con Ambrosius.

Pero sabía que no era así.

Estaba muy concentrado en su labor, quería olvidar todo, sentirse bien y hacer sentir bien al otro.

Movía su cabeza con más rapidez sintiendo como rozaba con la campaniña de su garganta provocandole pequeñas arcadas, pero sabía controlar esa sensación.

Abrió sus ojos y busco con la mirada los del rubio que se encontraban cerrados con fuerza, bajo la intensidad de su vaivén provocando que Ambrosius abriera sus ojos rasgados y lo viera fijamente.

Lo vio sonreír.

Esa maldita sonrisa que le aseguraba todas las noches que estaría bien.

Saco el miembro de su boca y le devolvió la sonrisa para dejar un pequeño beso en la punta y volver a meterlo a su boca.

Sintió como las piernas de su amante temblaban así que aumento el ritmo y de repente sintió algo que llenaba sus mejillas escapándose un poco por su labio inferior.

Rápidamente saco el miembro del rubio de su boca y con un poco de esfuerzo se tragó todo lo que pudo mientras con el dorso de su mano limpiaba lo poco que bajo a su labio.

Ambrosius respiró pesadamente mientras se agachaba a la altura de Ballister que aún se encontraba de rodillas y con firmeza lobtomo del mentón para besarlo.

-Ven conmigo, Bal... vamos juntos y matemos a ese monstruo.- el rubio observó como la mirada antes brillante de Ballister se apagaba de a poco.

-ella no es un monstruo- se levantó rápidamente con un nudo en la garganta y se iba a paso rápido del callejón y de la calle, dejando a un Ambrosius con mirada perdida en el suelo y unas profundas ganas de llorar.

"Los caballeros no lloran... meditan" recordó la frase que les habían enseñado, y sintió otra vez esa opresión en su pecho.

"¿Qué estamos haciendo?" Se preguntó a sí mismo.

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Día #8: Felación. ✔️