Capítulo 22

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Azriel había quedado en ayudar a llevar a Harry a Grimmauld Place por lo que antes de hacerlo, llevó a Sophia, Lydia y Evette al cuartel general de la Orden del Fénix.

Sirius se quedó con ellas en la sala mientras el resto iba a por Harry, en otras habitaciones también estaban los Weasley y Hermione.

—¿Qué tal las vacaciones, chicas? —preguntó Sirius sentándose.

—Nosotros estuvimos en la playa con Lydia —contestó Sophia—. Lo disfrutó bastante, Az no tiene mucho tiempo libre así que es un milagro que estuviéramos tanto tiempo juntos.

—Ojalá haber visto a la pequeña disfrutar en la playa —sonrió un poco triste—. Siempre estoy encerrado aquí y es un aburrimiento. ¿Qué hay de ti, Eve?

—Estuve en casa, leyendo libros de todo —respondió ella—. También caminé por el bosque que hay cerca de mi casa y la verdad es que a veces me iba a bañar al río que hay.

—¿Tú sola? —preguntó Sirius extrañado—. Creía que vosotras...

—Mi hermano no quiere nada conmigo por la maldición.

—No es cierto, Evette —negó Sophia—, él te quiere mucho y está preocupado por ti.

—No —Evette se cruzó de brazos enfadada—. Azriel se preocupa por ti y Lydia, solo quiere que yo rompa la maldición para que ella no muera o tenga que romperla ella. Vamos, Sophia, incluso me echa la culpa de que tenga la maldición.

Lydia comenzó a llorar mirando a su madre, Sophia se levantó y salió de la sala.

—No me mires así, Sirius —dijo la bruja—. Ella está empeñada en que Azriel es un ángel cuando me echa la culpa de todo y además me quiere obligar a conocer chicos que él quiere.

Sirius la había mirado con pena pero quitó esa mirada y se acercó a ella con los brazos en alto. El mago iba a abrazar a la bruja, ella rió por cómo se acercaba a ella y cedió, abrazando a Sirius.

Sirius abrazó fuerte a la rubia, él se sentía atrapado, ella se sentía sola, así que el abrazo era reconfortante para los dos. Evette estaba luchando contra el tiempo y estaba perdiendo, ya tenía 22 años y en cuanto acabara el nuevo curso escolar, ya tendría los 23.

Se oyó un carraspeo, Molly y Arthur habían entrado al salón y detrás venía Moody con Tonks, Lupin, Harry y demás. Harry y Sirius se abrazaron al igual que Tonks y Evette.

—Cómo me alegro de verte, Eve —sonrió Tonks.

—Yo igual, Dora, hace mucho tiempo que no nos vemos.

Azriel pasó por un lado, empujando a Evette en el camino, Dora iba a decir algo pero la rubia negó.

—¿Es por la maldición? —preguntó Tonks.

—Lo es.

Sophia se unió a la Orden del Fénix, también Azriel, se lo dijeron a Evette pero ella dijo que no sería de mucha ayuda contra más tiempo pasara, no explicó el por qué.

Hubo una reunión donde también estaba Snape la cosa es que Evette estaba un poco en su mundo, Sirius que estaba al lado de ella, de vez en cuando le ponía la mano encima de la mano de Evette. Snape los miraba de vez en cuando con el ceño fruncido y cuando terminó la reunión, se marchó de la casa.

Cuando Evette y Sophia ya tenían que volver a Hogwarts, Sirius se acercó a la rubia agarrando su mano.

—Que sepas que me ha gustado mucho pasar tiempo contigo, espero que nos veamos pronto.

—Gracias, Sirius —sonrió Evette apretando la mano del mago—. También me ha gustado pasar tiempo contigo.

—Si necesitas hablar, ya sabes dónde estoy.

—Venga ya, Canuto —Remus se acercó a los dos—, se tiene que ir, déjala marchar, además, es ayudante de Severus, no queremos que llegue tarde.

—Si Quejicus hace algo, le patearé el culo —dijo Sirius seguro de sí mismo—. Ya te dejo ir.

Evette se había reído de lo que dijo Sirius sobre Snape y al final la soltó y ella junto a Sophia, se fueron a Hogwarts.

En Hogwarts, había una señora vestida de rosa.

—¿Esa será la nueva profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras? —preguntó Sophia en un susurro.

—Creo que sí —asintió Evette.

—¿Quiénes son esas dos jóvenes? —preguntó entonces la señora una vez que ambas llegaron.

—Ellas son Evette Marshall, ayudante de Pociones y ella es Sophia Williams, ayudante de Defensa Contra las Artes Oscuras —presentó Dumbledore—. Señoritas, ella es la nueva profesora de Defensa Contra las Artes Oscuras, Dolores Umbridge.

—¿Ayudantes? —Umbridge las miró de arriba abajo—. Supongo que no hay más remedio, espero por lo menos que estén a la altura.

—¿Lo duda? —preguntó Sophia con una ceja levantada.

—Mientras no me de problemas, señorita Williams —le dijo mirándola fijamente.

Sophia no dijo nada pero la seguía mirando mal, Umbridge miró entonces el anillo de Evette que era llamativo por su brillante color rojo, en cuanto la rubia se dio cuenta, puso las manos detrás de la espalda.

Los alumnos llegaron y Umbridge dio un discurso que básicamente decía que el Ministerio estaba interfiriendo en Hogwarts. Snape no miró ni habló a Evette en ningún momento y eso molestó a la joven bruja. Incluso pasaron los días y ni en clase le dirigía la palabra.

En una de las clases que iban a dar a los de 6° año, prepararon Amortentia, filtro de Muertos en Vida, Veritaserum y Multijugos para que las diferenciaran y al final les harían hacer el filtro de Muertos en Vida. Antes de que llegarán los alumnos, Evette respiró hondo y habló a Snape.

—¿Por qué no me habla?

Snape ni siquiera se dio la vuelta, seguía mirando la puerta de la clase. Evette se acercó con indecisión al profesor.

—¿Qué he hecho ahora?

Evette se estaba hartando del comportamiento del profesor, a veces era amable y otras era un completo imbéciles. Snape miró por fin a la bruja con el ceño fruncido.

—Si va a estar cerca de Black, mejor aléjese lo más que pueda de mi.

—¿A qué viene eso? —preguntó Evette confundida—. Sirius es un amigo, a diferencia de usted, me ha tratado bien desde el principio.

—Está claro que sus intenciones no son las de un amigo —siseó con rabia.

—¿Y a usted qué? Ni siquiera es su problema —Evette se cruzó de brazos.

—Es cierto, no lo es pero es mucho más asqueroso ver a dos personas que odias juntas —soltó con odio.

Evette bajó la mirada y decidió alejarse de él justo al momento en el que los alumnos empezaron a llegar. Una vez colocados, Snape preguntó si alguien podría decir cuáles eran las pociones que había delante de ellos. Un alumno de Gryffindor levantó la mano y se acercó para verlas mejor.

—Esta es fácil —dijo—. Es Amortentia, un filtro de amor muy poderoso, a cada uno le huele diferente. Por ejemplo, yo huelo a la señorita Marshall.

El resto de la clase se rió en voz baja y el alumno de Gryffindor le guiñó el ojo a Evette.

—40 puntos menos para Gryffindor —dijo Snape.

—Pero si solo he dicho la verdad —se quejó el Gryffindor—. No es mi culpa que su ayudante sea tan hermosa.

—Será mejor que se siente y se calle —dijo Evette negando con la cabeza.

—Haga caso —Snape estaba matando al alumno con la mirada—. Y otros 30 puntos menos por contestar.

Mᥲᥣdιtᥲ  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora