Las clases habían comenzado, Snape estuvo sin dirigirle la palabra a Evette salvo para que limpiara la clase o corrigiera cosas.
Más tarde Evette y Sophia se encontraron en los pasillos, la morena tenía el ceño fruncido.
—¿Qué pasa? —preguntó Evette—. ¿Problemas con el nuevo profesor?
—Exacto —bufó—. En clase ha dado las maldiciones imperdonables, primero Imperio, ha pasado una araña por las cabezas de los alumnos, eso tengo que reconocer que fue gracioso.
—No me gustan las arañas —dijo la rubia poniendo mala cara.
—A Ron tampoco —rió Sophia—. Después viene lo malo, Crucio, lo dijo Neville y estuvo torturando a la araña delante del pobre Neville.
—Pobrecito —se horrorizó Evette—. Después de lo de sus padres, no me puedo imaginar que un profesor te haga mirar algo así aunque sea una araña.
—Y eso no es todo, después fue a la mesa de Hermione, porque fue la que le dijo que parase a la misma vez que yo y mató a la araña —hizo una pausa—. Y lo más raro, empezó a decir que en la clase había una persona que sobrevivió a ella acercándose de manera extraña a Harry, pude ver como movía la lengua y luego bebió de su petaca.
—Ese profesor es extraño.
—Tal vez sea así, ya veremos en las próximas clases —Sophia agarró el brazo de Evette—. Voy a por Lydia y vamos al Gran Comedor a ver cómo meten el nombre en el cáliz.
Una vez que Lydia estaba en brazos de su madre, las 3 se dirigieron al Gran Comedor. Al llegar vieron a Cedric meter su nombre. Cedric se dio la vuelta y sonrió a Evette.
—Hola, señorita Marshall.
—Buenas, señor Diggory —me sonrió de vuelta.
De repente algunos alumnos empezaron a gritar porque habían entrado los gemelos Weasley. Tenían en su mano una poción.
—Bien, chicos, la hemos traído —dijo Fred.
—Recién hecha esta misma mañana —completó George.
—No va a funcionar —les dijo Hermione.
—¿Y eso por qué, Granger? —preguntaron a la vez.
—Chicos —intervino Sophia—. Es una respuesta fácil, eso que hay ahí, es una línea de edad.
—Hecha por el mismo Dumbledore —continuó Evette—. Un genio como él, no se dejará engañar por una triquiñuela como la Poción Envejecedora.
—Por eso es tan maravillosa —asintió Fred.
—Porque es rematadamente absurda —rió George.
—Allá vosotros —dijo Hermione atenta.
Ambos se tomaron la poción y lograron entrar en el círculo, la gente aplaudió y luego echaron los nombres. Cuando estaban celebrándolo, el cáliz los expulsó haciéndolos parecer viejos, pelo y barba blanca. Ambos comenzaron a pelear. Evette y Sophia se rieron y Hermione volvió a leer.
El silencio reinó en la sala, Viktor Krum apareció seguido de un alumno y del director de Durmstrang. Krum echó el nombre en el cáliz y se dio la vuelta mirando a Hermione, por otro lado, Karkarov se quedó mirando a Evette y Sophia.
—Eso fue raro —habló Sophia.
—Últimamente todo es raro —contestó Evette.
En la noche, Sophia y Evette llegaban tarde, los profesores eran los primeros en llegar siempre y Lydia no quería dormirse por lo que entre las dos intentaron dormirla. Entraron al Gran Comedor, recibiendo las miradas de los alumnos y los profesores y cada una se puso al lado del profesor que correspondía.
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Mᥲᥣdιtᥲ
FanfictionEvette Marshall es una chica que tendrá que intentar llevar bien su maldición, aunque no está sola ya que tiene a su mellizo, a su amiga de la infancia y otros amigos que conoce en Hogwarts, pero no puede pedir ayuda a ninguno para deshacer la maldi...