Capítulo 19

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Sophia apareció con Lydia en brazos y con cara de enfado en casa de Evette.

—Buenos días a ti también —dijo Evette que estaba sentada en el sillón.

—Estoy harta de Azriel —dijo Sophia sentándose al lado de su amiga.

—¿Qué ha pasado?

—Primero que me tengo que despertar yo todo el rato por Lydia y él nada —suspiró la morena acunando a su hija—. Después no para de decirme que hice mal al elegirte como madrina.

—Supongo que piensa que moriré y si pasa algo no podré hacerme cargo de Lydia —Evette vio como Sophia asintió—. Es comprensible pero ha sido tu decisión y ya dije que intentaría encontrar a alguien.

—Hablando de eso, tu hermano quiere que conozcas gente que él te presente.

—No haré eso, gracias —bufó Evette de mala gana—. Puedo hacerlo yo sola.

Evette se quitó el anillo e hizo que Lydia lo agarrara con sus pequeños dedos, al contacto con los dedos de la bebé, el anillo siguió rojo.

—Siento eso —dijo Evette.

—No pasa nada —Sophia le devolvió el anillo a la rubia—. Oye, ya sabes que tenemos que ir al mundial de quidditch.

—Los Weasley van a ir —dijo Evette emocionada—. Es mañana, ¿con quién dejarás a Lydia?

—Dora se ha ofrecido junto a su madre Andrómeda así que he accedido.

—Estará en buenas manos.

—¿Volviste a ver a Sirius? Parecía tener ganas de volver a verte —dijo Sophia dando un codazo a la rubia.

—La verdad es que fui a su casa una vez y no he vuelto a ir —respondió—. Creo que intenta ligar conmigo.

—Lo hace —rio la castaña.

Llegaron a la Madriguera y los Weasley tuvieron unos problemas para poder llegar hasta Harry, la chimenea de la casa de sus ríos estaba bloqueada y les costó más de la cuenta. Se quedaron allí a dormir por ese día porque el lunes por la noche sería el Mundial.

Evette se levantó temprano y la señora Weasley le dijo que le ayudase a levantar al resto. La rubia se dirigió a la habitación de los gemelos, con los cuales tenía más confianza y llamó. No hubo respuesta así que entró directamente. Ambos estaban durmiendo todavía.

Evette se acercó a los gemelos y le tocó la frente a ambos.

—Vamos chicos, es hora de levantarse.

Se estiraron y luego se taparon con las mantas al ver a la joven.

—Creía que eras mamá —dijo George bostezando.

—Ya ves que no, ahora arriba —rio la bruja.

Mientras las demás chicas se despertaban, hablaron de la aparición, Charlie suspendió la primera vez y tuvo que repetirla, con suerte lo consiguió a la segunda. Evette recordaba ese momento a la perfección, ella y Sophia aprobaron a la primera.

Sophia y Evette preferían ir con el resto aunque podían perfectamente esperar a Bill, Charlie y Percy que irían por la aparición.

Fred y George se enfadaría con su madre por tirar unos caramelos por lo que las amigas se acercaron a ellos.

—No hagáis caso —dijo Sophia restándole importancia.

—Sabemos que sois muy talentosos —añadió Evette—. No todos tienen el mismo talento y nosotras confiamos en que seréis los mejores en lo que hacéis.

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