Capítulo 17

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—¿Qué pasa? —preguntó Evette acercándose a Lupin.

—Sirius Black ha entrado en el castillo —dijo en un tono extraño—. El Profesor Dumbledore dio la orden de que todos los alumnos duerman hoy en el Gran Comedor, se cerrará todo y así vigilaremos.

Sophia vio a Evette pero esta ya se había marchado.

—¿Qué os pasa? —preguntó Lupin a Sophia.

—Vio algo que no tenía que haber visto —dijo triste—. Pero cuando intento explicarle, desaparece.

—Dale tiempo, al fin y al cabo sois amigas.

Todos los alumnos ya estaban en el Gran Comedor dormidos y Evette estaba vigilando que estuvieran dormidos.

—He registrado la torre de Astronomía y la lechucería, no he visto nada —comentó Filch llegando a Dumbledore.

—Gracias —dijo Dumbledore.

—En el tercer piso tampoco, señor —comentó Flitwick.

—Yo he bajado a las mazmorras, no hay rastro de Black —intervino Snape—. Como tampoco dentro del castillo.

—Realmente no esperaba encontrarle —dijo Dumbledore.

Dumbledore y Snape se alejaron de Filch y Flitwick y Evette se acercó un poco para escuchar lo que decían.

—Asombrosa hazaña, ¿no le parece? —dijo Snape—. Entrar sin ayuda en Hogwarts y pasar desapercibido.

—Sorprendente, sin duda.

—¿Alguna teoría de cómo lo ha conseguido?

—Muchas, cada cual más improbable —susurró Dumbledore caminando.

—Recordará que —prosiguió Snape—, antes de comenzar el trimestre, expresé mi inquietud por la designación del profesor Lupin...

—Ningún profesor en este castillo ayudaría a Sirius Black a entrar —interrumpió Dumbledore—. Estoy convencido de que el castillo es seguro. Y tengo intención de hacer regresar a los alumnos a sus habitaciones.

—¿Qué hay de Potter? —susurró un segundo después Snape—. ¿No deberíamos advertirle?

—Tal vez. Por ahora, que duerma. En los sueños, encontramos un mundo enteramente nuestro. Que se sumerja en un profundo océano o que sobrevuele la más alta nube.

Después cada uno se fue por su lado y Evette fue a su dormitorio para poder dormir pero evitando que Sophia la viera.

Al día siguiente Evette se despiertó por el sonido de alguien tocando a su puerta. Creyó que era Sophia y que se iría si no contestaba pero seguían insistiendo. Se levantó de la cama y se vistió rápidamente, abrió la puerta mientras se peinaba con la mano, para su sorpresa Snape estaba ahí con cara de enfadado.

—¿Qué ocurre? —preguntó Evette confusa.

—Tú —bufó él—. Eres un problema, la señorita Williams no para de preguntarme dónde está para hablar con usted.

Sin dejar tiempo a la bruja a reaccionar, el profesor agarró su brazo con fuerza y la arrastró fuera de la habitación.

—¿Qué hace? —Evette intentó quitarle la mano pero no funcionaba.

—Cállese —Snape dio un tirón hacia él y la rubia casi se cae de no ser porque la tenía sujeta.

Snape cerró la puerta y se dirigió a la habitación de Sophia.

—Ahora van a hablar y a dejar de molestarme —dijo poniendo a Evette delante de la puerta y llamando.

—Pero yo no... —Evette intentó irse pero Snape volvió a ponerla delante de la puerta.

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