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Con el paso de los días, Félix se dio cuenta de que no podía dejar de pensar en Samantha. La conexión que habían compartido en el pasado seguía resonando en su corazón, y la esperanza de que pudieran tener una segunda oportunidad lo impulsaba a actuar.

Después de darle vueltas durante horas, Félix finalmente se armó de valor y decidió buscar a Samantha en su lugar de trabajo. Recordó la dirección del estudio de fotografía que había visitado antes y se dirigió hacia allá con determinación.

Al llegar al estudio, se encontró con el ajetreo habitual del lugar. La puerta estaba entreabierta, y la música suave y el clic de las cámaras llenaban el ambiente.

Félix tomó una profunda respiración y entró con paso decidido. Sus ojos buscaron a Samantha entre las personas que estaban ocupadas en su trabajo. Finalmente, la vio enfocada en ajustar una cámara, y su corazón dio un vuelco.

Se acercó lentamente, esperando el momento adecuado para llamar su atención. Cuando Samantha volteó y lo vio, sus miradas se encontraron, y una mueca sorprendida se dibujó en su rostro.

—Félix, ¿qué haces aquí?—preguntó ella con curiosidad.

Él sonrió, nervioso pero decidido. —Vine a buscar a la talentosa fotógrafa que capturó mi corazón en la infancia y nunca lo dejó ir

Samantha negó suavemente, tocada por sus palabras. —¿Qué estás haciendo aquí de verdad?—preguntó fastidiada, intentaba no mostrar que aquellas acciones en realidad le producían felicidad.

Félix tomó una profunda respiración y se acercó un poco más.—Vine a invitarte a salir. Hemos compartido un pasado especial, y aunque las cosas fueron complicadas, creo que nuestro encuentro en París no fue una simple casualidad.

Samantha mantuvo su mueca, pero respondió con suavidad. —Félix, aprecio mucho tu invitación, pero siento que aún hay algunas cosas que debo resolver.

Félix asintió, comprendiendo su punto de vista. —Lo entiendo. Si hay cosas del pasado que necesitas aclarar, estoy dispuesto a hablar de ello contigo.

Ella le dedicó una mirada cálida y alentadora. —Eso es lo que quiero escuchar. No quiero que desistas fácilmente. Creo que es importante que ambos estemos seguros y abiertos a lo que pueda suceder.

—Samantha, prometo que no me rendiré. Estoy dispuesto a dar el tiempo y espacio que necesites, pero quiero que sepas que mis sentimientos por ti son genuinos—expresó él con convicción.

Félix sintió un rayo de esperanza al escuchar sus palabras. Aunque el rechazo inicial podría haberlo desanimado, entendió que Samantha quería ver su perseverancia y compromiso.

Ella asintió, apreciando su determinación.—Me alegra escuchar eso, Félix. Y si llego a un punto en el que este lista, tal vez podamos considerar esa cita.

Con una sonrisa esperanzadora, Félix aceptó su respuesta—Está bien, lo haré. Seguiré intentando, y cuando llegue el momento, te invitaré a salir de nuevo.

Samantha sonrió de vuelta, agradeciendo su comprensión. —Estaré esperando esa invitación, Félix.

Samantha se encontraba sola en su apartamento, y el peso del pasado y del presente la abrumaba. En medio de la agitación emocional, su mente empezó a divagar hacia un recuerdo que había tratado de mantener sepultado en lo más profundo de su ser.

Se vio a sí misma en una tarde soleada, en una habitación llena de temor y ansiedad. Una prueba de embarazo descansaba en sus manos temblorosas, mientras esperaba nerviosamente los resultados. Su corazón latía fuertemente, y el tiempo parecía detenerse mientras la línea en la prueba tomaba forma, confirmando sus temores.

-ˏˋ⋆ Trazos en la ciudad de las luces ⋆ˊˎ- Riverduccion Donde viven las historias. Descúbrelo ahora