❝ your words up on the wall, as you're praying for my fall and the laughter in the halls and the names that I've been called ❞
dónde arlette potter tiene dos locos inmortales intentando matarla.
female harry potter
El Ladrón del Rayo ✔️
El...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Este mundo no merecía a Percy Jackson.
Nunca pensé poderme llevar bien con un hombre, no después de todo aquello que había pasado.
Podíamos pasar horas hablando de cualquier cosa, entrenando juntos o frente al lago. Por fin tenía un amigo real, pero me daba pena saber el hecho de que yo probablemente moriría a manos de Voldemort, o de Apolo, al que se le antoje matarme primero, estoy segura de que formarían una alianza sólo para matarme.
Le conté todo lo que pasó a Quirón y al señor D, al señor D no le importó mucho, pero me miró con lástima.
Odio la lástima.
Podía sentir los sentimientos de preocupación, inquietud y demás de Quirón, no sabía cómo pero sabía exactamente cómo se sentía la gente, llevaba pasándome toda la vida y era bastante inquietante porque, bueno, yo no sabía cómo me sentía yo misma al respecto con tener otro psicópata intentando matarme, pero podría escribir un detallado informe de cien páginas sobre cómo se sentía cada uno de los presentes.
—Se ha vuelto loco —murmuró Quirón, yo no pude hacer otra cosa que tirarme bruscamente en una silla de la mesa de póker.
—Estaba claro que esto iba a pasar —dijo el señor D, bebiendo de su Coca Cola Light —Cuando Aros tuviera algún mocoso mortal.
—Eros —corrigió Quirón.
—Sí, ese. El caso es que Alonso-
—Apolo
—Lo mismo, no va a parar hasta verte muerta, Annabeth Porker.
—Arlette Potter —corregí tímidamente —¿O sea que ahora tengo a Apolo y a Voldemort intentando matarme en el mismo período de tiempo?
Me dieron la razón. Mis ojos picaron y me dieron ganas de hacerme bolita en una esquina para echarme a llorar hasta pasado mañana o algo. A lo mejor me ahogaba con alguna almohada o algo para quitarle el placer a Apolo de matarme él mismo.
—Es de mala educación oír conversaciones ajenas —dijo el señor D de la nada, una mano apareció en mi campo de visión y apareció una chica rubia de ojos grises tormentosos de la cabaña seis. Annabeth Chase, hija de Atenea. Me dio una mirada de pena, apreté los puños ante la impotencia.
—Ya vienes lle-
No terminó, se puso la gorra azul marino de los Yankees y desapareció. Me quedé un poco shockeada y me di cuenta de que la gorra era mejor que mi capa, que apenas cubría a dos personas.
—Bueno, bueno —dijo el señor D sin levantar la cabeza—. Nuestra pequeña celebridad.
Volteé la cabeza confundida, para ver quién carajos era y sonreí a ver a Percy. Había sido reclamado por su padre, Poseidón, en el último Captura la Bandera. Venía junto con Grover, su mejor amigo y sátiro protector.
