xiv | welcome back to hogwarts

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Entre el profesor Lupin (que resulta también ser amigo de mis padres, ahora entiendo por qué los sentimientos de nostalgia) y yo obligamos a Sirius a quedarse unas semanas en un sanatorio mental mágico en Las Bahamas, no pregunten por qué en Las Bahamas, sólo él quiso que por lo menos fuera ahí.

Tenía muchas cosas que hablar con él, pero necesitaba que se rehabilitara lo suficiente cómo para poder explicarle todo a detalle, el hecho de que fuera una semidiosa y todo lo demás.

Blaise y yo tomamos el Hogwarts Express devuelta al Colegio de Magia, dónde me acordé que Sirius no sabía que yo era Slytherin.

Las clases comenzaron al día siguiente. Lo último que deseaba nadie una mañana de
enero era pasar dos horas en una fila en el patio, pero Hagrid había encendido una
hoguera de salamandras, para su propio disfrute, y pasaron una clase inusualmente
agradable recogiendo leña seca y hojarasca para mantener vivo el fuego, mientras las
salamandras, a las que les gustaban las llamas, correteaban de un lado para otro de los troncos incandescentes que se iban desmoronando. La primera clase de Adivinación del nuevo trimestre fue mucho menos divertida. La profesora Trelawney les enseñaba ahora quiromancia y se apresuró a informarme de que tenía la línea de la vida más corta que había visto nunca.

Culpa de Apolo, supongo.

A la que tenía más ganas de acudir era a la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras. Después de la conversación con Flint, quería comenzar las clases contra los dementores tan pronto como fuera posible.

-Ah, sí -dijo Remus, cuando le recordé su promesa al final de la clase-. Veamos... ¿qué te parece el jueves a las ocho de la tarde? El aula de Historia de la Magia será bastante grande... Tendré que pensar detenidamente en esto... No podemos traer a un dementor de verdad al castillo para practicar...

A las ocho de la tarde del jueves, salí de la mazmorra de Slytherin para acudir al aula de Historia de la Magia. Cuando llegué estaba a oscuras y vacía, pero encendió las luces con la varita mágica y al cabo de cinco minutos apareció el profesor Lupin, llevando una gran caja de embalar que puso encima de la mesa del profesor Binn.

-¿Qué es? -pregunté.

-Otro boggart -dijo Lupin, quitándose la capa-. He estado buscando por el castillo desde el martes y he tenido la suerte de encontrar éste escondido dentro del archivador del señor Filch. Es lo más parecido que podemos encontrar a un auténtico
dementor. El boggart se convertirá en dementor cuando te vea, de forma que podrás practicar con él. Puedo guardarlo en mi despacho cuando no lo utilicemos, bajo mi mesa hay un armario que le gustará. Tendrás que concentrarte en que sea un dementor.

-De acuerdo -dije, haciendo como que no era aprensiva y satisfecha de que Lupin hubiera encontrado un sustituto de un dementor de verdad.

-Así pues... -el profesor Lupin sacó su varita mágica y me indicó que hiciera lo mismo-. El hechizo que trataré de enseñarte es magia muy avanzada... Bueno, muy por encima del Nivel Corriente de Embrujo. Se llama «encantamiento patronus».

-¿Cómo es? -pregunté, nervioso.

-Bueno, cuando sale bien invoca a un patronus para que se aparezca -explicó
Lupin- y que es una especie de antidementor; un guardián que hace de escudo entre el dementor y tú.

Me imaginé de pronto agachada tras alguien del tamaño de Hagrid que empuñaba una porra gigantesca. El profesor Lupin continuó:

-El patronus es una especie de fuerza positiva, una proyección de las mismas
cosas de las que el dementor se alimenta: esperanza, alegría, deseo de vivir... y no puede sentir desesperación como los seres humanos, de forma que los dementores no lo pueden herir. Pero tengo que advertirte, Arlette, de que el hechizo podría resultarte
excesivamente avanzado. Muchos magos cualificados tienen dificultades con él.

-¿Qué aspecto tiene un patronus? -dije con curiosidad.

-Es según el mago que lo invoca.

-¿Y cómo se invoca?

-Con un encantamiento que sólo funcionará si te concentras con todas tus fuerzas
en un solo recuerdo de mucha alegría.

Intenté recordar algo alegre. Mi llegada al Campamento Mestizo, cuando llegamos vivos de la misión, el Casino Loto, cuando conocí al mocoso ese roba papitas, Percy, Annabeth, Grover, mi padre felicitándome por llegar viva, Sirius siendo absuelto...

Vale, creo que lo tengo.

-El encantamiento es así -Lupin se aclaró la garganta-: ¡Expecto patronum!

Expecto patronum! -repetí entre dientes-. ¡Expecto patronum!

Mi llegada al Campamento Mestizo, cuando llegamos vivos de la misión, el Casino Loto, cuando conocí al mocoso ese roba papitas, Percy, Annabeth, Grover, mi padre felicitándome por llegar viva, Sirius siendo absuelto...

-¿Te estás concentrando con fuerza en el recuerdo feliz?

-Sí... -contesté, -. Expecto patrono, no, patronum... perdón, soy disléxica... ¡Expecto
patronum! ¡Expecto patronum!

Mi llegada al Campamento Mestizo, cuando llegamos vivos de la misión, el Casino Loto, cuando conocí al mocoso ese roba papitas, Percy, Annabeth, Grover, mi padre felicitándome por llegar viva, Sirius siendo absuelto...

La yema de mis dedos picos, mis ojos se abrieron y una luz cegadora salió de la varita. Un animal salió de la punta, al principio no parecía más que una simple bola de luz. Era un pájaro, batía las alas plateadas y sus ojos se clavaban en mí.

-Un patronus corpóreo -Murmuró el profesor Lupin -A la primera...

Así de chingona soy.

¿Por qué tengo la sensación de que el cuervo significa eso? Juro incluso haber oído una risa femenina en mi cabeza, cómo si alguien estuviera observandonos. Claro, que me percaté tarde de la paloma blanca en el umbral de la ventana, que inmediatamente se fue volando.

***

Hubo un juego de Quidditch de Ravenclaw en contra de Slytherin, los Slytherin ganamos aunque por muy poco. El próximo partido sería Ravenclaw contra Gryffindor, por lo que Flint aumentó los entrenamientos a cinco a la semana, aunque ni siquiera fuéramos a jugar nosotros. Levantarse todos los días a las cuatro de la mañana, a veces sin dormir en toda la noche, para practicar, era agotador.

Poco después, Gryffindor perdió ante Ravenclaw, la buscadora de la casa de las águilas, una chica asiática llamada Cho Chang pudo atrapar la snitch dejando a Gryffindor fuera de la copa de Quidditch.

En una de las clases de Cuidado de Criaturas Mágicas, Draco Malfoy me hizo llegar a mi límite.

-¡Miradlo cómo llora!

Iba a dirigirme hacia él, pero una mata de pelo castaño se me atravesó.

¡PLAFFF!.

Hermione No Le Faltaría el Respeto a las Reglas en mi Vida Granger le había dado un puñetazo en toda la nariz.

Dio a Malfoy una bofetada con todas sus fuerzas. Malfoy se tambaleó. Crabbe y Goyle se quedaron atónitos en el momento en que Granger volvió a levantar la mano.

-¡No te atrevas a llamar «patético» a Hagrid, so puerco... so malvado...!

-¡Hermione! -dijo Weasley con voz débil, intentando sujetarle la mano.

-Suéltame, Ron.

Granger sacó la varita. Malfoy se echó hacia atrás. Crabbe y Goyle lo miraron atónitos, sin saber qué hacer.

-Granger, vámonos -le dije, acercadome a ella y evitando que matara a Malfoy -Yo también quiero asesinarlo pero te expulsarían.

¹ENEMY (PJO&HP)✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora