Capítulo 18. Lunaria confuso

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El llanto me despertó

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El llanto me despertó. Demonios. ¿No hay nadie que acuda a su llamada? Detesto a los mocosos. Esa chica llamada Princess, transformada ahora en una bebé por motivos que desconocemos, está llorando desconsoladamente. ¡¿Todo el mundo tiene el sueño profundo o qué?! Retiré las sábanas y pisé el suelo frío, mientras agitaba mis alas con rabia. La habitación de ella está enfrente de la mía.

Por un momento vi como la luz que dejaron encendida Charlotte e Izou comenzó a parpadear. ¿Hay problemas con la electricidad? No lo sé y no me importa. Lo único que quiero es dormir y volver a mi mundo. Kaido me necesita. Él no puede llegar a ser el Rey de los Piratas sin mi ayuda.

Entonces entré en la habitación. Princess dejó de llorar al percibir mi presencia. La bebé se levantó como pudo de la cuna aún con lágrimas en los ojos. Yo la estaba mirando con cierta molestia. Ella parecía entenderle porque su cuerpo se cohibió mucho.

—Has interrumpido mi sueño —le dije—. Espero que tus lloriqueos no hayan sido en vano.

Princess estiró su pequeño brazo y con el dedo apuntando a una zona en concreto de la habitación. Una entrada que da acceso a un armario. No me jodas que esta niña cree que hay un ladrón o algo así. Fui hasta el lugar buscando el interruptor para encender la bombilla. No hay nada. Todo está en orden. Me giré con cierto cabreo hacia ella.

—Escúchame bien. Odio las atenciones de los mocosos; así que, si todavía tienes mente de adulta, ¡deja de estar interrumpiendo el sueño de otros por una estupidez!

Unas cuantas lágrimas se asoman en los ojitos de aquella bebé. Joder con la niña. No paraba de balbucear cosas sin sentido y miraba a su alrededor con mucho miedo. Un suspiro solté no teniendo más opción que cogerla y llevármela de aquella habitación. Poco a poco ella se iba relajando entre mis brazos, como si se sintiera protegida. Maldita mocosa.

Ya estoy en mi habitación acostada en la cama con ella a mi lado. Sonidos de felicidad escuchaba por su parte. Sus manos tocan con cuidado mis plumas negras sintiendo la suavidad de estas. Me he fijado que ella iba cerrando los ojos lentamente quedándose profundamente dormida. Bueno, al menos no va a dar la lata durante toda la noche.

Podré dormir, por fin.

Al día siguiente, me desperté notando cierto peso en mi pecho y como si estuviera sosteniendo algo. Mierda, no me di cuenta que estaba abrazando a Princess. Se veía tranquila. Cierto sentimiento está creciendo en mí. No. No puedo. He aprendido que no puedo fiarme de nadie, aunque tenga enfrente a la mujer más bonita para mis ojos.

¿Qué tonterías estoy diciendo? No niego que Princess es interesante. De hecho, sus comentarios un tanto agresivos me encienden y dan ganas de comprobar que tan buena es en la cama.

Lentamente acerqué mi gran mano a su pequeña cabeza tomando algún que otro rulo de su cabello. Ella despertó enseguida. Mierda. Espero que no llore. La pequeña bostezó con fuerza y se llevó sus manitas a los ojos para rascarse. Luego ella me miró. Yo me quedé quieto cual estatua a ver si me ignoraba. Fue en vano porque empezó con una cantaleta llena de felicidad e hizo el gesto de abrazar mi pecho. Maldita sea mi suerte.

El final de una era (One Piece x Princess Laura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora