Un mes después de lo sucedido, echaba de menos la compañía de mis amigos. Yo pensaba que había acabado, pero mi mente me la jugó. Volví a dormir y desperté en un mundo distinto.
Me encontraba en el mundo, donde cazadores y demonios eran enemigos. Si...
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Que frío. Todo estaba oscuro. No estaba segura a dónde habíamos parado, pero probablemente sea un lugar extraño. Lo primero de todo comprobé que no portaba orejas y cola de cerda. Un suspiro solté porque me alivié demasiado. Dios, no sabéis lo doloroso que es saber que eres un animal de por vida y más aún cuando estás en celo.
De repente, la puerta se abrió automáticamente, donde la luz me cegó por unos segundos. Tiempo después recuperé mi vista y caminé poco a poco hacia la salida. Mis ojos se agrandaron porque me sorprendí viendo los grandes ventanales. El cielo oscuro y con estrellas y al lado un planeta enorme. Eso solamente significaba que estábamos en el espacio. En una nave grande, quizás.
Me quedé maravillada. Siempre he soñado cómo sería ver el cielo de esta manera. Un estado de hipnosis difícil de describir. Pero mi mundo mágico se esfumó al escuchar quejidos detrás de mí. Se me había olvidado que el resto del grupo estaba todavía en esa habitación extraña y sin luz. Vaya, nunca me imaginé que tuvieran una estatura casi normal, y me refería a Cracker, a Katakuri y a King.
—... Me siento raro —añadió Katakuri.
—¿Dónde cojones están mis alas? —reclamó King. Es cierto. Han desaparecido.
—Ya os dije que dependiendo del mundo donde estemos, puede perjudicar a nosotros. Ya sea para bien o para mal —explicó Golzy.
—¡El espacio, poupou! —exclamó el libro-búho.
—¿Qué cojones es eso? —preguntó King.
—Más allá del cielo azul hay más cosas, poupou. Estrellas, asteroides, otros planetas… Es como el océano, pero en el cielo, poupou.
—Y el lugar en que estamos es una nave, similar a la de un barco —especificó Golzy.
Obviamente al ser piratas o marine (en el caso de Lucci) no saben la existencia de este mundo tan distinto al planeta Tierra. Me quedaría toda la vida mirando ese planeta naranja y amarillo. Sin embargo, otra vez la magia se rompió porque empezó a sonar una alarma y unos compartimentos empezaron a cerrar las ventanas.Una voz se escuchó.
—Cerrando compartimentos por orden de Saturno. Atención: cerrando compartimentos por orden de Saturno. Si necesitan ayuda, los androides Seegson los pueden ayudar.
—¿Qué está pasando? —cuestionó Izou—. ¿Androides? ¿Está el Dr. Vegapunk aquí?
—Uhm, dudo mucho porque este lugar no tiene pinta que sea nuestro mundo —dijo Marco.
—Diste en el clavo, fénix. —Golzy caminó un poco más para mirar la gran sala, donde nos encontrábamos—. Si os soy sincera, no sé qué mundo es este. Pero está claro que domina una inteligencia artificial en esta nave.
Seegson. Me suena de algo. Tengo la certeza de que en este mundo nos vamos a encontrar ciertas sorpresas. A mi izquierda vi una puerta grande. Nos llevará a otra zona probablemente. Yo bajé por las escaleras seguida por el resto del grupo. No tardé mucho en llegar y me di cuenta que no respondía a mis movimientos. La luz roja indicaba que estaba cerrada y no se abría de ninguna manera. ¿Estará bloqueada?