Epílogo

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No paraba de llorar, mientras abrazaba con dolor y alegría a King y a Izou

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No paraba de llorar, mientras abrazaba con dolor y alegría a King y a Izou. Se han sacrificado por mí. Yo lo observé todo a través de ese sueño extraño. Los Antiguos querían revelar sus pensamientos para que fallasen la prueba.

Lo consiguieron.

No hay ninguna herida en sus cuerpos, como una muestra de aceptación. Algún quejido escuché por parte de ambos. Se estaban despertando y su mirada muestra confusión a lo que está pasando. Yo solamente les dediqué una pequeña sonrisa. Todo acabó para mí. Ya soy libre ante ese destino que me deparaba como Madre de Dragones.

Mis ojos castaños se clavan en los Cuatro Antiguos que aún analizan la situación. No les gustó para nada que hayan pasado la prueba con mucha facilidad. Solo espero que cumplan su palabra.

—¿Qué ha…? —murmuró Izou.

—No sigas hablando —le recomendé—. Todo ha pasado. Habéis pasado la prueba —susurré a ambos.

Sé que los dos están un tanto confusos porque mi lado oscuro arrancó sus corazones. Pero solo era una ilusión creada en sus mentes. Una pelea para mostrar las intenciones de estos dos hombres. Unos sentimientos correspondidos y reales. Están cansados. Ya no tienen fuerzas para seguir luchando.

Ahora es mi turno.

Yo los dejé que se recuperen, mientras yo caminaba hacia los Cuatro Antiguos. Realmente está es mi pelea. Nadie más. Si tengo que entrar en un estado peligroso para acabar con esta guerra. Yo no me convertiré en aquello a que detesto.

—Superaron la prueba —dije.

—... ¿Qué hacemos? —preguntó Smutny viendo a sus hermanos.

—¡¿No me jodas que no follaremos?!

—Debemos aceptarlo —habló con calma Milós—. Ellos ganaron y nosotros hemos perdido.

—¿Crees que voy a permitir que suceda lo mismo que con nuestra madre? ¡Jamás! —gruñó Sakit.

Están discutiendo. Los cuatro no opinan igual. El único que acepta mi destino es el que representa el amor. Yo estoy tranquila, pero no bajaré la guardia por si sucede cualquier cosa. Solo estoy centrada en ellos. Ya no me importa el resto. Dios, si existes arriba, solo espero que escuches mis plegarias y que esto acabe pronto.

Milós se acercó a mí para hablar con más cercanía y yo me tensé un poco. Alcé los puños a modo de advertencia. Él solo rio con suma suavidad.

—Madre de Dragones, como hemos dicho, si ellos superaran la prueba, tú serías libre —murmuró—. Cumplieron, y ahora nosotros debemos cumplir ante ello.

—... ¿Cómo sé que no es una trampa? —Todo me estaba pareciendo sospechoso.

—Entiendo que no te fías de nosotros, pero míranos. —Él extendió sus brazos donde las mangas de su camisa se subieron. Su piel está ¿desapareciendo? Que extraño—. Solo tenemos una hora y ya no nos da tiempo de hacer un conjuro o algo por el estilo.

—¿Por eso os apresurasteis para encontrarme y convencerme?

—Llevamos mucho viviendo en este mundo. Ya nos estamos muriendo y queríamos que nuestra raza prevaleciese… Pero madre ha ganado.

Esa frase me ha confundido. Milós lo entendió.

—Madre ha jurado que su amado volverá. No pensábamos que su espíritu reencarnara. —Sus ojos miran a los chicos—. Y en dos…

Entonces ella hizo una contra maldición, o por así decirlo. Todo me resulta extraño. Quisiera entender exactamente. Yo iba a decir algo, pero Milós colocó un dedo en mi frente y con una sonrisa me dice:

—Eres libre. Pero recuerda: aunque ya no existamos, aún sigues siendo Madre de Dragones. Tienes el poder del sol y la luna. El tiempo y los mundos influyen en tu destino. El final de una era termina y empieza una nueva.

Mis ojos parpadearon unas cuantas veces para ver cómo esos cuatro se iban desintegrando. Su existencia iba desapareciendo. Ninguno iba a pelear para mantener la raza de los Antiguos. La primera tribu existente en este mundo. Y yo soy la última superviviente. Me parezco a King ahora mismo. Que tontería, ¿verdad?

Sus cuerpos se hicieron cenizas y no reencarnan cual fénix. Yo miré atrás para ver al grupo. Todo acabó. Esto significaba que yo volvería a mi mundo. Despertaré de este sueño.

Me percaté que mi mano también iba desapareciendo. Sí, al fin partiré. Aún mantenía mi sonrisa de felicidad sabiendo que no volveré a preocuparme en dormir. No sé si recordaré esta situación.

—Chicos… gracias —susurré.

—Que tengas buen viaje, cerdita —se despidió de mí la gótica ninfómana.

—¿Te vas de verdad? —King se levantó para acercarse a mí.

—Si fuera así, no estaría desapareciendo —reí con suavidad—. No sé cuándo volveré… pero espero que pronto.

King quería tocarme por última vez porque deseaba tener un recuerdo bonito, pero no fue posible.

Mis ojos se abrieron. Ya está. Estoy de vuelta a mi casa y con mis hojas esparcidas. Sí, y todo acabó. Una pena no haber disfrutado hasta el final, pero estoy feliz de que la pesadilla haya acabado.

La pantalla de mi móvil está abierta junto con varias imágenes de los personajes de One Piece. ¿La dejé abierta? Que tonta. No evité reírme de mí misma.

Ojalá poder volver.

Sé que la historia es cortita, pero no ha tenido tanto apoyo por lo que he decidido cortar para no continuar ante algo sin mucho apoyo

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Sé que la historia es cortita, pero no ha tenido tanto apoyo por lo que he decidido cortar para no continuar ante algo sin mucho apoyo.

Sin embargo, gracias a aquellas personas que lo han seguido hasta el final y hayan tenido mucha paciencia.

Nos vemos en la próxima historia.

El final de una era (One Piece x Princess Laura)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora