Tal vez nadie pudo ver más allá
de tus ojos brillosos,
de tus risas constantes,
de tus dibujos felices.
Tal vez ocultabas
demasiado bien.
Pero yo pude verte.
Yo vi tu dolor,
Yo vi tus largas
y oscuras noches.
Yo vi tu corazón llorar.
Y yo te amé.
Te amé triste y feliz.
Y yo te amo.
Te amo riendo y llorando.
Para siempre, Lubcito.
Aunque este poema sea más mio que tuyo.