Un segundo amabas,
un segundo odiabas.
Te replegabas cada noche
bajo la luna y tu tormento.
Confusión y sentimientos.
Te sentías observada
y te lo contabas a ti misma.
Olvidada como alisma.
Te dieron pastillas
en lugar de un abrazo.
Tan solo vistazos.
Te dieron doctores
en lugar de amor.
Una pobre y triste flor.
Te dieron ausencia
en lugar de presencia.
Y fuiste olvidada,
muy suave al principio
y muy brusco al final.