Cap. 9 - El color de las rosas

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Esta por demás decir que Akaza estaba más que emocionado por volver al trabajo

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Esta por demás decir que Akaza estaba más que emocionado por volver al trabajo.

Al parecer la misión será en conjunto, lo cual no es malo. De vez en cuando es bueno trabajar con otros cazadores, salir de la rutina.

La reunión será esta noche por lo que tiene todo el día para hacer lo que quiera. Luego de recuperar su espada, salió de la finca no sin antes agradecerles por todas las dificultades que los hizo pasar.

Desde hace varios días había querido ver a una persona, pero esta se ha negado. Tomioka puede ser un hombre serio y carente de deseos, sin embargo, eso no lo hace una mala persona.

Cuando se enteró de lo que pasó, sabía que el alfa no tendría la cara para verlo de nuevo a los ojos. El tiempo que compartieron juntos sirvió para alejarse un poco del ambiente laboral a uno más íntimo; no quiere que todo lo que aprendieron juntos se vaya por la borda solo por la culpa de su rutina y las feromonas.

Se detiene frente a una tienda de dulces reconocida por la fama de sus productos. Justo en medio del mostrador hay una carpa hecha de caramelo.

Sus pies se mueven por si solos, entra a la tienda y pregunta por el precio de la carpa dulce. No tarda mucho para salir con una bolsita de papel con el producto dentro de la misma.

Hay una felicidad sutil que hace cosquillas en su pecho, el color del caramelo tiene un color azul claro lo que encaja perfectamente con los ojos de Giyu.

Cuando el dueño pregunto si quería una envoltura especial, su primer pensamiento fue el azul. Mira la bolsita decorada con un lazo de color azul brillante.

Espera que con este presente sea suficiente para recuperar su confianza.

El único problema para llevar a cabo su plan es encontrar el escondite del Hashira del agua.

Preguntó en la finca mariposa por su habitación luego de un día del accidente, pero él ya se había ido.

Piensa guardar el caramelo hasta que él aparezca, o al menos cuando termine su misión, emprender una búsqueda.

Piensa guardar el caramelo hasta que él aparezca, o al menos cuando termine su misión, emprender una búsqueda

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-Kyojuro.

Rengoku no abre los ojos de inmediato, pues reconoce la voz con la que lo están llamando de una forma tan cariñosa. Despierta con Tanjiro a su lado, el dulce Omega lo saluda con una sonrisa.

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