ʀᴀɴᴘᴏ ᴇᴅᴏɢᴀᴡᴀ- ᴄᴏᴍᴏ ǫᴜɪᴛᴀʀʟᴇ ʟᴏ ᴛɪ́ᴍɪᴅᴏ ᴀ ᴛᴜ ɴᴏᴠɪᴏ | ✓

6| Regálale chocolates

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

Me encontraba en la Agencia Armada de Detectives, haciendo lo que mejor sé: observar mientras disfruto de mis dulces y otras delicias. Kunikida, como de costumbre, estaba regañando a Dazai, y Atsushi intentaba evitar que la situación escalara. Mientras tanto, Dazai parecía encantado con la idea de causar un poco de caos.

Yo simplemente observaba la escena con una sonrisa, con mi querido Karl en mi regazo mientras mi mente divagaba sobre qué regalarle a Poe en nuestro segundo aniversario.

Sí, ya llevábamos dos años juntos.

Recuerdo cuando nos conocimos, Poe me consideraba su "rival" en aquel entonces. Al principio, nuestra relación era simplemente una sincera amistad, pero con el tiempo mis sentimientos crecieron. Sabía que Poe era la persona que amaba, pero temía arruinar nuestra amistad y perderlo para siempre.

Cada vez que estaba cerca de él, sentía esas famosas mariposas en el estómago, y aunque suene extraño, deseaba deshacerme de ellas. No quería sentir algo así, no quería arriesgarme a ser rechazado y sufrir.

Pero hubo un día, un día que siempre recordaré con detalle.

Hace dos años, caminaba por las calles de Yokohama en dirección a la agencia. Aunque me costaba un poco de esfuerzo, cuando llegué, vi a Poe de pie en la entrada con Karl en sus hombros. Me acerqué y le toqué la cabeza, y aunque al principio se sorprendió, luego se relajó al verme.

—Hola, Ranpo—dijo Poe, visiblemente nervioso.

—Poe, ¿qué haces aquí?—pregunté un poco preocupado, ya que era bastante temprano.

—Te estaba esperando—respondió Poe, y eso me sorprendió un poco, aunque traté de ocultar mi sonrojo, él lo notó y rió.

Entonces, entramos juntos a la agencia, solo para encontrar a Kunikida trabajando como siempre. Poe se acercó a mí mientras yo comía algunos dulces, con una expresión nerviosa en su rostro.

Poe-

Tenía miedo de decirlo, ¿y si me rechazaba? Ranpo era un hombre muy atractivo, a diferencia de mí. Mi autoestima estaba por los suelos, y aunque él no tenía una autoestima tan baja ni tan alta, tenía un gran ego.

Quería hablar con él en privado, así que le pedí que saliéramos a un lugar más tranquilo. Fuimos a la parte trasera de la agencia, donde finalmente reuní el coraje para confesar mis sentimientos.

—Llevamos un tiempo siendo amigos, y yo. . . siento muchas cosas por ti. . .Una de ellas es amor— dije con la voz temblorosa.

—¿Amor?—preguntó Ranpo, incrédulo. Ojalá estuviera escuchando bien, porque si era así, este sería el mejor día de mi vida.

—Desde el momento en que te vi por primera vez, supe que eras especial. Tu ingenio, tu inteligencia, tu sonrisa traviesa... todo en ti me cautivó de inmediato. Desde entonces, supe que quería estar a tu lado, compartiendo cada momento contigo.
Cada día a tu lado es un regalo, una aventura que no cambiaría por nada en este mundo. Tu presencia ilumina mi vida de una manera que nunca creí posible. Cada vez que te veo, mi corazón se llena de alegría y emoción, como si fuera la primera vez.
Quiero que sepas que eres mi todo, mi razón para sonreír cada día, mi apoyo incondicional en los momentos difíciles y mi compañero de por vida en esta hermosa travesía llamada amor. Eres el sueño hecho realidad que nunca supe que tenía, y cada día me siento más agradecido de tenerte a mi lado.
Así que hoy, en este momento, quiero confesarte todo lo que siento en lo más profundo de mi corazón. Ranpo, te amo más de lo que las palabras pueden expresar. Eres mi luz en la oscuridad, mi refugio en la tormenta y mi felicidad eterna. Prometo amarte, cuidarte y respetarte todos los días de mi vida, porque no puedo imaginar un futuro sin ti.
Gracias por ser el amor de mi vida, por aceptarme tal como soy y por hacerme sentir completo de una manera que nunca creí posible. Eres mi inspiración, mi musa y mi razón para creer en el verdadero amor. Y aunque las palabras nunca serán suficientes para expresar lo que siento, espero que puedas sentir mi amor en cada latido de mi corazón. Ranpo-kun, ¿me harías el hombre más feliz aceptando ser mi. . .novio?— pregunté, esperando con el corazón en la mano su respuesta.