3| Hazle un pastel de cumpleaños

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Un pastel. La idea de Yosano no era mala, después de todo, era el cumpleaños de Poe y un pastel siempre era una buena forma de celebrar.

—Me dijiste que es el cumpleaños de Poe-san, y a mi parecer es una idea estupenda. Y la mejor parte es acompañarla con un buen vino.

Vino. Un escalofrío me recorrió la espalda al recordar las palabras de Poe. "No me gusta el vino" me había dicho, "me hace quedar super mal".

—Pero no le gusta el vino— le recordé a Yosano—¿Qué le vamos a dar entonces?

—¡Juguitos!— Yosano se rió.

—No me lo puedo imaginar tomando jugos, aparte de que no le gusta mucho el dulce—, Le daré vino— dije finalmente. Sabía que no era la mejor idea, pero me iba a arriesgar. Nada podía salir mal, ¿verdad?

 Nada podía salir mal, ¿verdad?

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Un pastel. La idea rondaba por mi cabeza. Poe cumplía años y, como su novio, no podía dejar pasar la ocasión sin una celebración especial. Comprar un pastel era la opción fácil, pero en mi interior anhelaba hacer algo más personal, algo que demostrara lo mucho que me importaba.

Decidí hornear un pastel yo mismo. Sí, lo sé, soy un desastre en la cocina. Pero la intención es lo que cuenta, ¿verdad? Además, pensé, no podía ser tan difícil. Encontré un tutorial en internet que parecía sencillo y me lancé a la aventura.

Reuní los ingredientes: harina, huevos, azúcar, leche... No eran muchos y los tenía todos a mano. Me arremangué la camisa, dispuesto a ponerme manos a la obra. El primer paso, según el tutorial, era "no cagarla". Un buen comienzo, pensé con una sonrisa.

Seguí las instrucciones paso a paso. Mezclé los ingredientes, batí la masa, engrasé el molde... Todo iba bien, o al menos eso creía. Cuando metí el pastel en el horno, una sensación de nerviosismo se apoderó de mí. ¿Y si me salía mal? ¿Y si a Poe no le gustaba?

Decidí descansar un poco mientras el pastel se horneaba. Me tumbé en el sofá y encendí la televisión. Poco a poco, el sueño me fue venciendo.

Un fuerte olor a quemado me despertó de golpe. ¡El pastel! Corrí hacia la cocina y una densa humareda me recibió. Abrí el horno y lo que encontré me dejó sin aliento: el pastel estaba completamente negro. No era racismo, era la cruda realidad.

Faltaba una hora para que Poe llegara. No me quedaba otra opción que ir a comprar un pastel. Salí de casa derrotado, con la cabeza gacha y la esperanza de encontrar una pastelería a tiempo.

Mientras caminaba, no podía evitar pensar en mi fracaso culinario. Me había esforzado, pero al final había terminado comprando un pastel como cualquier otro. ¿Era eso suficiente para demostrarle a Poe lo importante que era para mí?

☾ ☆

El pastel reposaba sobre la mesa, un oasis de dulzura en medio de la sala. Lo había elegido con esmero, buscando el sabor perfecto para el paladar de Poe. A su lado, una botella de vino esperaba pacientemente ser descorchada. Un regalo especial, una concesión a la sofisticación de mi novio.

ʀᴀɴᴘᴏ ᴇᴅᴏɢᴀᴡᴀ- ᴄᴏᴍᴏ ǫᴜɪᴛᴀʀʟᴇ ʟᴏ ᴛɪ́ᴍɪᴅᴏ ᴀ ᴛᴜ ɴᴏᴠɪᴏ | ✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora