10| Deja que todo fluya

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Me cubrí el rostro con las manos mientras abría mis piernas con lentitud, oyendo una risita escapar, claramente proveniente del castaño.

—¡No te rías! Es. . . vergonzoso— musité, sintiendo cómo Poe tomaba mis piernas para abrirlas aún más.

—Pero si esto es lo que querías, ¿o me equivoco?— continuó Poe. Opté por no responder; sabía que cualquier respuesta solo empeoraría las cosas.

—No soy tan flexible como para abrirme más— jadeé un poco cuando Poe deslizó su mano por mi muslo interno.

—No me importa— respondió Poe mientras dejaba marcas en mis muslos con chupetones y mordidas.

—Voy a tener demasiadas. . . marcas— jadeé, mis palabras entrecortadas por el extraño placer de ser mordido de esa manera en esa zona.

—Ese es mi objetivo— declaró Poe, ignorando mis palabras y continuando con su trabajo, rendido a la tentación.

—¡Hazlo de una vez!— exclamé, quitándome las manos del rostro para mirar a Poe, cuyo cabello ya no le cubría los ojos, haciéndolo lucir aún mejor.

—Necesitas preparación— dijo con calma. Me gustaba que se preocupara por mí, pero lo necesitaba ahora mismo.

—Ya me preparé— afirmé, aunque sabía que Poe haría lo que fuera para molestarme.

—Necesito prepararte mejor— insistió Poe con una risa traviesa, alcanzando el lubricante en el cajón.

Poe tomó el lubricante y unos condones, conscientes de las precauciones necesarias a pesar de ser dos hombres. Volvió a su lugar, aplicando el lubricante con cuidado en mi entrada y en sus dedos. Deslizó el primer dedo con cuidado, asegurándose de mi comodidad, aunque mis gemidos indicaban lo contrario.

Luego, introdujo un segundo dedo, repitiendo el proceso y aumentando mi placer. Preparó meticulosamente mi entrada para su siguiente paso.

Mis gemidos llenaban la habitación mientras Poe encontraba un punto sensible que me hacía arquear la espalda de placer. Seguía tocándolo, sumergido en el placer de escuchar mis gemidos, ajeno a todo lo demás.

Cuando finalmente introdujo el tercer dedo, me sentí en el paraíso, preguntándome cómo sería con su miembro. El placer me consumía y sabía que no tardaría en alcanzar el clímax.

Poe continuó con su trabajo, marcando mi cuello con chupetones y mordidas, agregando más marcas a las anteriores. Finalmente, llegué al clímax, eyaculando  mientras Poe retiraba sus dedos.

Sentí un vacío momentáneo, pero vi a Poe ponerse un condón, y aunque estaba nervioso, supe que era el momento que había esperado por mucho tiempo.

—Si te duele de dices inmediatamente.

No me dió tiempo de responder cuando sentí la punta entrar. Solté un gemido ahogado, no dolía, solo sentía el placer invadir mi cuerpo. Temblaba por completo, cada vez que sentía cómo el pene de Poe se metía más profundo dentro de mí. No podía parar de gemir, mientras me aferraba a su espalda, rasguñándola como si fuera un gatito.

Cuando todo entró, sentí que me moría por el placer. Uní mis labios con los de Poe, saboreándonos mutuamente. Nuestras lenguas se encontraban, explorando nuestras cavidades bucales. Nos separábamos de vez en cuando, mientras un hilo de saliva nos unía, rompiéndose al instante. Una fuerte embestida hizo que temblara de pies a cabeza, soltando un fuerte gemido que milagrosamente no despertó a nadie (según nosotros).

Las fuertes embestidas que Poe me regalaba me hacían gemir más fuerte que antes. La lujuria nos consumía, Poe sacaba su miembro y lo volvía a meter de una estocada, le encantaba ver cómo desaparecía al entrar por completo en mí. Tal vez, este sería su hobby favorito a partir de hoy.

La única música que nuestros oídos escuchaban eran nuestros fuertes y a veces agudos gemidos. Ahora más que nunca, Poe disfrutaría pasar más tiempo conmigo, haciéndome gritar toda la noche, que los demás se jodan.

Su espalda empezó a arder un poco por el sudor que caía, mis rasguños no eran muy delicados que digamos. Su boca bajó a mis erectos pezones, se lamió los labios antes de empezar a saborearlos, los chupaba como si esperara que saliera algo de ahí, aunque sabía perfectamente que era algo imposible.

Por tercera vez en esa noche, llegué al clímax, jadeando por lo cansado que me encontraba. Aunque sería algo difícil decirle a Poe que no tenía todas la energía del mundo.

Unas cuantas embestidas más y Poe también llegó, liberando su esencia en el condón. Salió de mí para poder quitarse el condón, hizo un nudo y lo tiró al bote de basura.

—Estoy. . . exhausto —respiraba pesadamente, subiendo los pelos que se me pegaron a la frente por el sudor.

—Pero si apenas estamos iniciando —Poe sonrió por milésima vez antes de volver a ponerse otro condón.

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Ola. Ehhhhhhhh.

Que cosas hago.

Agregaré otro capítulo, así que el siguiente ya es el final definitivo pero sin gogogeo.

Los nombres que aparecen aquí abajo fueron mis primeros lectores, y obviamente no los quitaré. 💯

-xT4nskax
-gabyluzi
-cordotati
-Haru_diable
-Nomi_Verlaine
-Uzuha_Ariel
-Ren_1305
-iceehyun
-Valebarzega
-Ranpoe-es-canon
-Mew_Neko-chan
-la_venda_de_dazai25
-foreveralone2818
-Jack_Lozh
-LilioensteoN
-namxxs
-Mizu_Kev18
-panconmiga

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ʀᴀɴᴘᴏ ᴇᴅᴏɢᴀᴡᴀ- ᴄᴏᴍᴏ ǫᴜɪᴛᴀʀʟᴇ ʟᴏ ᴛɪ́ᴍɪᴅᴏ ᴀ ᴛᴜ ɴᴏᴠɪᴏ | ✓ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora