Cap 10 - Conectamos.

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Layla

Estaba en la fiesta bailando mientras tomábamos, no sabía como pero lo estaba disfrutando todos estaban drogados, algunos tomaban, otros se comían.

No me di cuenta de que había perdido a Gustav entonces decidí comenzar a buscarlo entre la multitud, cuando en eso me encuentro a Bill que estaba bailando con unas chicas.

-¡Bill!.- Grité llamando su atención.

-¡Layla ¡¿que pasa?!.- Gritábamos por el ruido de la musica.

-¡¿Sabes donde esta Gustav?!.- Pregunté.

-¡No!.- Dijo mientras seguía bailando.

Puse los ojos en blanco mientras seguía buscando, estaba algo mareada por el alcohol hasta que llegue al patio donde me apoye en la mesa mientras recostaba mi cabeza.

-Vaya vaya... ¿Tan rápido te aburrió la fiesta?.- Dijo esa voz molesta.

-Pero si es mi querido enemigo ¡Tom!.- Dije sonriendo.

-Estas bien borracha.- Dijo sentándose a mi lado mientras reía.

-¡Lo se y es divertido!.- Dije levantando mis manos.- ¿Sabes donde esta Gustav?.- Pregunté sintiendo un leve mareo.

-No lo se.- Dijo mirando mi cara.- ¿Y ahora que te pasa?.

-Estoy.- Tape mi boca.- Bien.- solo dije eso para comenzar a vomitar en la camisa de Tom.

Tom se paró de su asiento rápidamente mientras hacía una mueca de asco, yo por otro lado limpié mi boca mientras me recostaba en la mesa cerrando mis ojos.

Tom

-¡Idiota! ¿no ves perra?.- le grité mientras la veía dormir en la mesa.

Joder aún borracha se veía hermosa, pero no podía dejar durmiera ahí, saque mi camisa manchada mientras dejaba mi chaleco, agarre a Layla en brazos para llevarla al auto.

Camine entre la multitud de gente habían personas besándose mientras mi vista se percató de Gustav se veía alejado, quería hablarle para que se llevara a Layla ya que podía estar mejor que yo.

Pero no, fue todo lo contrario el estaba besándose con una chica rubia lo cual me dió mucha rabia, apreté mis puños.

-Eres un hijo de puta...- Murmure mientras me llevaba a Layla al auto.

La puse delicadamente en el asiento del copiloto mientras me destine a manejar hasta llegar a la casa, veía a Layla que se movía al dormir sin saber que estaba pasando por un momento me sentía su protector como si yo fuera suyo.

Una parte de mi se sentía bien al saber que yo era el que la cuidaba, yo la protegía ella era mía...

Cuando llegue, tome a Layla en brazos sin despertarla, subí las escaleras a mi habitación mientras la dejaba en la cama.

No quería molestarla así que solo la recosté, ld quite sus botas, tapándola con las sabanas para que durmiera cómoda.

Me alejé agarrando una almohada creo que dormiría en el sofá esta vez, iba caminando hasta que.

-¿Tom?.- Habló esa voz esa jodida voz que me prendía.

Volteé a verla me acerqué a ella.

-¿Si hermosa?.- Dije dispuesto a hacer lo que fuera por ella en ese momento.

-No te vallas.- Suplicó.- Quédate a mi lado, podemos ser dos en una cama.- Dijo cerrando los ojos de a poco.

Esa invitación me tentaba de verdad lo hacía quería hacerla mía pero no de esa forma, quería hacerlo cuando ella supiera de verdad el amor que le tenía.

Tu eres mía... [Tom Kaulitz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora