Uraraka salía de su habitación bostezando. Había dormido mal porque se había pasado la noche repasando estrategias y movimientos que debía mejorar. Al llegar a la zona común saludó a todos con una gran sonrisa
Hoy tocaba sesión libre con Aizawa y todos estaban completamente emocionados. Por la calor llevaban el equipo corto, estando a la vista su horrenda cicatriz, pero a ella no le importaba, estaba demasiado concentrada en volverse más fuerte, en aquello que se había prometido al salir del hospital. Así que se apartó de los demás y empezó a ascender y descender en picado, debía controlar mejor las caídas.
Bakugo la observaba de lejos. Pasó sus ojos por esa fea cicatriz y arrugó la nariz.
No había vuelto a hablar con ella desde su despedida en el hospital. Ochako había vuelto a UA con una determinación arrolladora, completamente concentrada en sus cosas, aunque se mantenía alegre cuando se relacionaba con la clase, como si no hubiera pasado nada... Pero Bakugo sabía que detrás de toda esa felicidad había algo que no estaba bien; había aprendido a leerla esos dos meses en el hospital, era un maldito libro abierto, pero no se interesó en acercarse y preguntarle, no era su asunto.
Aunque... cuando supo lo que le había pasado se arrepintió de esa jodida pregunta que le hizo, pero se sintió orgulloso por su labor en la guerra, ahora nadie la veía como algo frágil, algo que él ya sabía desde hacía mucho tiempo
Las clases acabaron y todos se dirigieron a la cafetería, donde un grupo de alumnos de primero la abordaron con preguntas. Ochako intentaba pasar por la multitud pidiendo que por favor la dejaran avanzar pero nadie le hacía caso y el circulo cada vez era más pequeño. Nunca pensó que su popularidad creciera tanto, menos dentro de la U.A.
Un chico la tomó por el brazo y le preguntó sin pudor
—¿Cómo se siente ser apuñalada?
Ella se soltó con brusquedad y se intentó apartar, pero una voz detuvo al chico, que intentaba atraparla otra vez
—Dejadla pasar putos extras— escuchó detrás de ella y sintió como la tomaban del brazo, encontrándose con el rostro tenso de Bakugo que la arrastraba hacia la puerta sacando los dientes para que la gente se apartara.
Al llegar a la cafetería la arrojó sobre la silla y él se sentó enfrente, junto a Kirishima y Kamigari
Ochako se sonrojó, avergonzada, y agachó la cabeza
—G-gracias, no sabia como apartar-
—Déjate de esas mierdas y come
—Oye no seas tan bruto— dijo Denki pasándole una bandeja con comida
—Eso bro, no es su culpa que sea tan popular
Ochako desvió la mirada y empezó a comer en silencio. Estaba incómoda, no sabía porqué lo había hecho. Ella era muy consciente de que no se habían hablado desde el hospital así que no lo entendía, pero decidió no centrarse en eso y simplemente agradecer su gesto
—Igualmente, gracias
—Si necesitas otro rescate no dudes en llamarnos— dijo Kirishima con una gran sonrisa mientras le guiñaba un ojo
—Por lo menos nosotros seremos más amables, ¡Ay!
—¡Cállate y déjame comer de una maldita!
—¡No hace falta que me pegues! ¡Auch auch auch!
Solo supo reír. Bakugo permanecía callado pero Kirishima y Kamigari no dejaban de hablar, haciéndolo todo más ameno. No había hablado mucho con ellos en el primer año, siempre se mantuvo entre las chicas y su grupo pero le caían muy bien, aunque tubo la oportunidad de conocer un poco más a Kirishima por sus constantes visitas al cenizo. Se alegró de poder hablar con ellos.
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Fuerte [Kacchako]
Action¿Ya había acabado la guerra? ¿Qué había pasado? Eso fue en lo primero que pensó Ochako al despertarse en el hospital. Un dolor intensó inundó su corazón al entender que quien la salvó estaba muerta. Se sentía débil, frágil... Completamente rota. ¿...