Capítulo 7

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Ochako caminaba arrastrando los pies. Desde el festival deportivo se había empeñado en entrenar más duro así que ahora salía a correr todas las mañanas antes de desayunar. 

Hacía más frío así que se subió la bufanda hasta la nariz. El gélido viento del norte empezaba a azotar Japón y se esperaban fuertes lluvias para el fin de semana.

Sonrió, hoy le iba a dar su regalo de agradecimiento a Bakugo; había comprado unas golosinas picantes y estaba muy entusiasmada por si le gustaban.

Las agencias les estaban haciendo trabajar mucho debido a un pequeño augmento de la criminalidad así que no lo había visto

Esperaba encontrarlo

—¡Uf!— suspiró quitándose las zapatillas empapadas por la lluvia que acababa de empezar, debería secarlas si no quería enfermar

Rápidamente sacudió su mojado pelo e ingresó en el ascensor para subir a las habitaciones.

Llamó a la puerta y a los tres minutos el cenizo le abrió. Ella solo estampó el objeto en su pecho

—¡Aquí tienes!— sonrió con dulzura— son golosinas picantes, ¡Espero que te gusten!

Bakugo la miró y luego a las golosinas. Las tomó de un zarpazo

—Por cierto— dijo antes de que cerrara la puerta en su cara, al parecer no estaba de buen humor— siento si te he molestado mucho, el otro día estabas muy callado en la comida y supuse que preferías comer con Kirishima y Kamigari— jugó con sus manos detrás de la espalda— si quieres no comas más conmigo, no quiero molestarte más de lo que ya he hecho

Bakugo la miraba fijamente sin ninguna expresión, lo que la ponía más nerviosa.

Mordió su labio

—Bueno, me voy

—No me molestas, y sécate el maldito pelo, vas a enfermar

Cerró la puerta con un golpe dejándola parada frente a ella como un pasmarote. Sonrió  y se tocó el pelo. Si no lo molestaba ¿Por qué había estado tan callado? 

Como sea

No tardó en bajar a cenar. La ducha caliente le había sentado demasiado bien, y no era a la única

—¡Que bien sienta la ducha!— gritaba Mina mientras se tiraba al sofá. Le pareció extraño que ella no se viera tan cansada como Bakugo

—¿Cómo van las prácticas?

La rosada hizo un gesto dramático

—Best Jeanist nos está machacando ¡Literalmente! Pero gracias a ello tengo nuevas técnicas— sus ojos brillaban— aunque me cuesta seguirle el ritmo a Bakugo, ¡Pero no me rendiré!

La castaña sonrió al pensar en como Mina lo intentaba alcanzar

—Bakugo parece muy cansado— divagó

—Se está esforzado mucho, no descansa para nada— cambió su mirada a la de un gato— y su esfuerzo está dando resultado, ha pedido una talla más para su traje de héroe porque ya no le cabe

Ochako la miró con el ceño fruncido, sin entender nada, pero cuando vio la perversión en sus ojos se sonrojó violentamente

—¡MINA!— gritó escondiendo su cara con sus manos

—¿Qué? Lo están comentando todas las alumnas de primero, pensaba que lo habías oído— dijo guiñándole un ojo

Ochako la empujó, recostándola en el sofá mientras la rosada reía divertida. Avergonzada, se levantó y fue directamente a la cocina a por un vaso de agua, encontrándose con Todoroki , que la miró extraño y puso una mano en su frente

—¿Estás enferma?

Ochako hizo una mueca y se fue para cenar de una vez. Se sentó al lado de Momo, que la recibió con una radiante sonrisa

—¿Cómo llevas la preparación para los exámenes?

La comida se le salió de la boca

—¡Los exámenes!— con todo el lío de la agencia se había olvidado completamente ¡Qué desastre! ¡Solo quedaban dos semanas!

—Aizawa sensei nos advirtió que no los dejáramos de lado, debes ponerte al día o suspenderás— decía Iida moviendo su brazo de arriba a abajo

La castaña tomó su cabello y estampó su cabeza contra la mesa, haciéndola sonar y que todos la miraran

Momo acarició su espalda

—No te preocupes, vamos a formar un grupo de estudio, ¡Si quieres te puedes unir!

Uraraka se lanzó a sus brazos

—¡Gracias gracias gracias! ¡Me has salvado!

Momo rio

—¡Nosotros también vamos a estudiar en grupo! ¡También te puedes unir!— gritó Kirishima desde la otra punta señalando a Mina, Denki y Bakugo

Sus ojos se posaron en el cenizo; llevaba una sudadera apretada que dejaba ver los músculos de sus brazos. Mina se cruzó en su mirada con ojos perversos y volvió a enrojecer bruscamente

—¡G-gracias!— se levantó de golpe y se dirigió a los dormitorios

¿Qué le estaba pasando? ¡Maldita Mina que solo la hace avergonzarse!

Pero realmente si que se veía algo más fuerte.

Se miró en el espejo, ella también tenía los músculos más tonificados, ¿Se habría dado cuenta? Y si lo había hecho ¿Qué más da?

¡Maldita Mina!

Fuerte [Kacchako]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora