Capítulo 3

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A la mañana siguiente se despertó en el suelo, se había dormido llorando... Cuando salió de la ducha repasó las líneas de sus ojeras en el espejo y golpeó el lavamanos. 

Esto debía acabar, era hora de superarlo. 

Tomó las tijeras que tenía en el cajón y se miró al espejo otra vez. Su pelo había crecido por la estancia en el hospital y el verano así que lo tomó y lo cortó por los hombros. A lo mejor era un acto muy impulsivo o quizá no serviría para nada, pero Ochako se sintió algo mejor. 

Salió de la habitación con el pecho hinchado y la mochila en la espalda, lista para ver a los demás en el desayuno. 

—¡Ochako!— dijo Mina al verla entrar— ¿Qué te ha pasado? ¿Te has cortado el pelo tu sola?

Sonrió— sí, necesitaba dejar algunas cosas atrás, ¡Vamos! ¡Hay que ir a clase!— la tomó del brazo mientras la arrastraba a la salida. Mina no dijo nada, solo sonrió y la siguió.

La mañana transcurrió con normalidad, una clase de inglés aburrida, una tutoría más... 

Llegó la hora del almuerzo y se adelantó a los demás; debía llegar antes de que los de primero se volvieran a agolpar en la puerta como locos, así que corrió todo lo que pudo y lo celebró saltando cuando consiguió ser la primera en el comedor. 

Tomó una mesa y esperó a las chicas, sobresaltándose cuando alguien movió la silla de su lado para sentarse

—¿Bakugo?— dijo sorprendida al ver al peli cenizo— ¿No comes con Kirishima y Denki?

Él solo la miraba fijamente. Sonrió de lado— ¿Qué te ha pasado en el pelo? Te hace la cara más redonda

Infló las mejillas en un puchero, completamente roja. Después de que fuera a visitarlo anoche, de que se abriera un poco con él ¿En serio era lo primero que se le había ocurrido decirle?

Se sintió extraña por eso

—¡Déjame en paz y vete a comer con tus amigos!— soltó completamente irritada, ella solo quería tener un buen día

—Oi, pensé que podríamos comer como en el hospital

Lo miró algo sorprendida, ¿Quería comer con ella? Pero, más bien, parecía que quería molestarla

No pudo evitar recordar sus comidas juntos; aburridas al principio, un poco más intensas al final

Se cruzó de brazos— solo si no me molestas

Sonrió, una sonrisa llena de superioridad— la molestia siempre has sido tu, cara redonda

Volvió a inflar sus mejillas y él sonrió, una sonrisa pequeña pero que nunca había visto. Se quedó completamente embobada y eso pareció divertirle

—Oi, te se va a enfriar la comida si sigues mirándome así

Se puso roja y tomó la cuchara con fuerza. Será estúpido... 

—Por cierto, me alegro de que hoy estés más alegre— lo miró expectante, no se creía que solo tuviera palabras bonitas— eras muy pesada triste— y ahí estaba Katsuki Bakugo

—¡Serás estúpido!— dijo mientras mojaba los dedos y le rociaba algo de agua con ellos. Él puso una cara muy extraña y luego otra muy siniestra, tanto que le dio miedo

Tomó el vaso y lo puso encima de su cabeza— ¡Pide disculpas!

—¡Oye!

—¡Pídelas!— tembló y, resignada, las pidió. Su rostro empezó a brillar de orgullo y volvió a sonreír, una sonrisa diferente, una que la hizo sentir extraña, una donde no había preocupaciones, donde no había dolor, una que si no lo tuviera delante no se creería que podía existir en ese malhumorado rostro... Así que se dejó contagiar por su humor y, así, Ochako tuvo su primer buen día en UA. 
 




Fuerte [Kacchako]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora