Fuerte [Kacchako]

Capítulo 19

A la mañana siguiente Ochako se levantó emocionada, hoy tenía muchas cosas que hacer.

Las clases fueron lentas y tortuosas, sobre todo la de inglés con todos esos gritos de Present Mic.

Al terminar comió con Momo y se fue al centro a comprarse un nuevo teléfono. Tenía suerte, como lo había perdido durante la misión la agencia de Endeavor se hacía cargo. Aún así no quiso abusar y se compró el más barato que había.

Más tarde ya le pediría a Mina que la volviera a poner en todos los grupos, ahora debía volver rápido a UA para su entrenamiento.

Estaba realmente emocionada y nerviosa. Cada vez tenía más encuentros con Bakugo y no sabía si eso la incomodaba o le gustaba, aunque en el fondo se sentía muy bien por poder acercarse a él

Bakugo era buena persona, lo supo desde el día que lo vio y ya lo había demostrado varias veces, así que estaba muy contenta de que alguien tan cerrado como él la considere una igual y una amiga, aunque sea a regañadientes

Subió corriendo a su habitación, se puso ropa cómoda y tomó la libreta.

Al llegar al gimnasio Deku ya estaba allí

—¡Buenos días!— dijo entrando con una gran sonrisa

Deku dejó sus estiramientos y la saludó con una sonrisa

—¡Hola!— la observó— hoy pareces extremadamente feliz

Ella se sonrojó y pasó una mano por detrás de su cabeza— Bueno, me he levantado bien

Miró hacia la puerta y entonces pensó en que, con todo el jaleo de las clases y el móvil, no le había contado que hoy vendría Bakugo

—Por cierto, hoy vendrá a ver el entrenamiento Bak-

De repente un sonido hizo que ambos se giraran, viendo como el cenizo abría la puerta sin cuidado

Deku se puso rígido y blanco y la miró con mucha sorpresa

—¡¿Bakugo?! ¿Qué haces aquí?

Pasó sus ojos rojos por ambos

—Observar ¿Acaso estás ciego?

Rápidamente Deku le dedicó una mirada inquisidora a su amiga y ella se encogió de hombros

Susurró— lo siento, ayer estaba un poco decaído y pensé que era una buena forma de animarlo

Deku frunció el ceño— ¿Ayer? ¿Cuándo lo viste?

Uraraka se crispó y se giró para tomar su libreta— da igual, luego hablamos

Le explicó los nuevos ejercicios y se pusieron a correr bajo la atenta y pesada mirada del cenizo, que se sentó en las gradas. Pesaba en sus nucas, pero se olvidaron de ella cuando empezaron un combate.

PAM

Deku al suelo

—Vamos, otra vez— Uraraka conseguía bloquear todos sus golpes y se estaba empezando a desanimar

PAM

Usó su látigo para no salir disparado contra unas estanterías. Uraraka pegaba demasiado fuerte

Cayó al suelo rendido después de estar media hora cayendo al suelo sin parar

—¡Esto es imposible! ¡No soy capaz de predecir por donde vas a atacar!

Uraraka se agachó a su altura y le ofreció la mano

— Eso es porque se que me analizas y lo tengo en cuenta