"Te dejaré ser la nueva muerte, Azra, pero... Promete que jamás te enfrentarás a Hécate tú sola. No puedes vencerla, ella es aún la verdadera muerte vestida de rojo".
La voz de Hades en su cabeza le seguía retumbando, Azra estaba sentada en un sillón, observando a través de la gran pared de cristal. La ciudad se veía hermosa como cada que la visitaba. Era apenas media madrugada, ella no podía dormir por su estado de muerte, pero Khan sí lo estaba haciendo.
Su cuerpo se estremeció de solo recordar que lo tenía tan cerca, y volvió a envolverse en su manta peluda, como si hiciera diferencia, ella no podía sentir la temperatura... Aunque sí había sentido la de él.
—Ya basta, Azra —se regañó por lo bajo y volvió a ver las luces.
No dejaba de pensar en Khan, en Hécate, en lo sucedido esa tarde, en ese tal Kise y el porqué de que quisiera deshacerse de su pelirrojo... ¿Acaso sería por su culpa? ¿Lo estarían persiguiendo por lo que las almas decían? Azra apretó sus manos contra la manta y se mordió el borde del labio, sabía que de ser así, estaban en lo correcto.
Ella creía que no tenía debilidades aparte de su nombre completo y su familia, pero... Cuando vio a Khan a punto de ser asesinado, se dio cuenta de que él era su debilidad. Que lo fue desde el primer momento en que pudo verla y le llamó así "Caperucita Roja".
"Lo que quieres traerá consecuencias", recordó lo que le dijo Library. "No eres un ser vivo, pero sientes como uno y el orden de la vida y la muerte ha de ser mantenido, si intentas mover los hilos del destino para que tu familia viva... Pagarás las consecuencias".
—Supongo que... Tú eres esa consecuencia —susurró, había aparecido al borde de la cama en donde Khan dormía. Sus alas blancas descansaban sobre el colchón, aún así podía ver parte de su marcada espalda y su cabello rojo se extendía por las sábanas blancas como si fuera un mar de sangre—. Mi debilidad.
Pensarlo hacía que su muerto corazón doliese, no por ella, sino por él. Ciertamente Khan jamás habría nacido si ella hubiera dejado que el destino siguiese su curso, pero no pudo... Aquel día, cuando cayó el reino mágico en el mundo humano, no pudo evitar intervenir. Su hermano estaba ahí, debía salvarle.
—La respuesta es no —había dicho Hades, ella estaba llorando.
—¡Ciel está ahí, papá! Prometiste que a ellos no les pasaría nada —le reclamó—. Me lo prometiste.
Hades seguía inmutable. —En algún momento tendrán que morir, lo sabes. Ninguna criatura mágica puede vivir eternamente y tu hermano ha vivido más de un siglo, es más de una vida.
—Para una criatura que puede vivir milenios no es nada. —Sollozó, y se acercó a él. Le tomó de la mano—. Por favor, papá.
Hades había cedido, y Azra movió todas las influencias del Inframundo para salvarlos. El escuadrón de la muerte llegó a Heaven, para pedir por misericordia. Allí fue cuando conoció por primera vez a Library, la guardiana de la magia de todos los mundos. Era una chica que aparentaba no más de diecinueve años, aunque no era su verdadera forma, todos sabían que podía tomar la que quisiera, pero siempre aparecía en esa. Vestía extravagante, siempre con un conjunto más creativo que otro. Su figura era delgada, no lo que se diría la mujer con mejor cuerpo... Ni siquiera podía asegurarse de que fuera de verdad una mujer... Era un ente, sus ojos tenían una tonalidad dorada y en ellos tenía las manecillas de un reloj antiguo que marcaban siempre la hora exacta. Debajo de su ojo derecho tenía un número romano (XVII), el cabello largo hasta casi arrastrar, que flotaba en el aire y se desaparecía en él por momentos.
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War of Hearts (Dark Angel IX)
FantasíaLas almas perdidas gobiernan... La prisión mágica es un completo caos... Solo algunos han sobrevivido... Solo pocos reinos siguen en pie... La línea entre la Vida y la Muerte se ha vuelto invisible... Solo hay algo a lo que...