Capítulo 1

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Jackson Romanov.

 — ¡Te quiero aquí en menos de una hora¡, ¡¿Entendiste hijo de puta?!— Digo colgando.

— En mi humilde opinión Jackson, no debiste dejar que Michael se encargara de eso.— Me cuestiona la rubia que se convirtió en mi novia la noche aquella en la que decidí olvidarme de Russo.

— En ningún momento pedí tu maldita opinión, Kate— digo enfocándome en la laptop donde tengo las rutas de las ventas de droga.

— Lo sé, pero la doy de todas formas, ya que soy tu mujer.— se coloca de tras de mí, comenzando a dar besos en mi cuello.

— Vete. Necesito investigar algo.— Me obedece y se larga dejándome solo.

Hace unos días se me fue reportado que habrá una reunión de mafiosos donde se nos presentaría un nuevo cabecilla de mafia, específicamente el cabecilla del imperio Flenter, ese imperio ha estado sin líder desde hace buen tiempo y a mí no hay nadie que me saque de la cabeza que ahí hay algo raro, ya que después de tanto tiempo ¿cómo es posible que ahora aparezca alguien que quiera tomar el poder? ¿Cómo me afecta? Pues simple, los tres líderes de los tres imperios más grandes deben estar en paz, por lo tanto, si este nuevo líder viene a traer discordia es mejor tenerlo investigado para así ya tener su punto débil.

— Nick, Iras conmigo a una reunión en la tarde, prepara todo.— Digo por el comunicador que uso solo con él.

— Recuerda que tienes que ir a la bodega a recibir el cargamento de Italia.— dice.

Hace un año llegué a un acuerdo de paz con los italianos, en sí con quien tenía problemas era con Mike Bianchini, pero ya como él no está, los problemas con los italianos está resuelto, aunque alguien de su legado ha quedado en las filas de líderes, pero no es nadie a quien deba temer.

— Nos vamos ahora a recibir eso, reúne a los hombres, no creo en nadie del legado Bianchini.— digo a Nick.

Cierro la laptop y organizo todo antes de salir, tomo mi arma, reviso que tenga balas y la coloco dentro de mi saco negro, salgo de la oficina y me encuentro con Sabrina, le dejo encargado que nadie entre a mi oficina a excepción de Nick, ella asiente sabiendo lo que quiero dejar dicho.

Bajo las escaleras y en la sala de estar me encuentro con mi mujer sentada leyendo una revista de modas de la empresa Zafare.

—Si te gusta algo en la habitación está mi tarjeta, puedes usarla, no tiene límite.— digo pasándole por el frente.

— Gracias cariño.— me sonríe.

— No me gustan los apodos, limítate a decir mi nombre.— continuo mi camino al arsenal de armas donde busco mi arma especial, la que tiene mi inicial junto con diez balas con mi apellido y nombre. 

Luego de buscar mi arma voy al estacionamiento donde me encuentro a Nick dando órdenes a diez hombres los cuales se suben a cuatro Ford Raptor blindadas en color negro y rojo.

—¿Nos vamos James?— pregunto a Nick.

— Claro, Romanov.— me lanza las llaves del McLaren Senna.

Subimos y salimos del estacionamiento con dirección a la bodega que usamos para entrega de droga, la antigua bodega que teníamos fue explotada por el FBI cuando me iban a entregar uno de los cargamentos más grandes hasta el momento, eran 250,000 kilos de cocaína,685,000 de Marihuana y 475,000 kilos de Heroína, por suerte a la bodega solo llego la cocaína las otras drogas fueron entregadas en otro lugar, ya que Sara llamo para advertir.

Luego de treinta minutos llegamos, primero se desmontan mis hombres checando el perímetro, cuando a Nick le llega la confirmación por el auricular bajamos nosotros, coloco los lentes de sol en mis ojos, Nick hace lo mismo.

— Parecemos Maleantes.— dice sonriendo adentrándose a la bodega a mi lado.

— ¿Y qué somos? ¿Sacerdotes?

— No estamos ni cerca de serlo.— ríe.

Seguimos nuestro camino, adentro se encuentra Francis Bianchini, sobrino de Mike, este se encuentra con cinco de sus hombre todos armados, mis hombres rodean la bodega.

— Parece como que es una emboscada, Romanov.— dice viendo al rededor.

— Tranquilo que si no haces nada raro todo irá en paz.

— No pensaba en hacer algo raro.— se defiende.

— Bien. Mi droga.— voy al punto.

Francis hace seña a sus hombre para que traigan la droga, ellos lo hacen, destapan el contenedor para que verifique que están mis 456,000 kilos de Marihuana y Benzodiacepina, reviso junto con Nick y al parecer no se derramara sangre, ya que el cargamento está completo.

— Está completo, tienes tus 775,000,000 millones.— saco mi chequera y le entrego el cheque del dinero.

— Fue un placer hacer negocios con usted señor Romanov, nos vemos en la reunión de líderes.— se despide cuando le entrego el cheque.

— Nos vamos.— Es lo unico que digo para que mis hombres se retiren, salimos de la bodega, ordeno que dividan el cargamento y que lo lleven a diferentes lugares, no voy a permitir que el FBI me arruine otro cargamento.

Luego de un rato llegamos a la Mansión, voy a mi habitación para bañarme y alistarme para la reunión de la tarde con Mancini, necesito nuevas armas.

— Pensé que no llegarías.— abro la puerta encontrándome a Kate en lencería roja, esto me hace tragar grueso.   

— Tenía que estar seguro de que fueran seguros los lugares donde pondría la droga.— se me acerca y me quita el saco.

— Me imagino que ya no tienes más cosas que hacer ¿o me equivoco?— comienza a desabotonar mi camisa.

— Tengo una reunión pero puede esperar.

Me termino de quitar la camisa junto con el pantalón, la tiro en la cama y me subo encima de ella y comienzo a besarla por todo el cuerpo...


La Mafia Roja #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora